Hay entrevistas que
a una le hacen sentirse especial y este es el caso. No solo por la
cercanía del entrevistado (ha nacido y ha crecido en las mismas
calles que yo) sino también por compartir profesión y por admirar
su valentía e, incluso (en cierto sentido), por envidiar su quehacer
diario. He entrevistado a políticos que han estado ocupando los
sillones ministeriales de este país (que ya de paso lo digo, se va a
la mierda), a cantantes que han llenado plazas y estadios, a
deportistas que se han subido a pódiums, a altos cargos de las
esferas del Ejército y de las Fuerzas de Seguridad… a centenares
de personajes públicos y no públicos, conocidos y no conocidos (ya
llevo en esto más de una década y he pasado por una docena de
empresas periodísticas) pero ésta entrevista me hizo especial
ilusión
Hace unos meses
propuse en el medio de comunicación donde colaboro (Escaparate)
crear una sección de ‘Desde la Foia a…’ (incluye los vecinos
de Ibi, Castalla, Onil, Tibi y Biar) una copia del ya mítico
‘Españoles por el Mundo’. A nuestro alrededor hay cada
vez más familiares, amigos, conocidos, amigos de amigos de amigos
(incluso uno mismo, yo me lo planteo día sí, día también) que
deciden coger la maleta e irse a miles de kilómetros para buscarse
la vida. Son muchas las razones, aunque principalmente es la crisis,
la puta crisis en la que estamos sumergidos. Y sí, digo puta
porque es un término recogido por la RAE (así que no me digan
ustedes lo de 'mal hablada) y que define muy bien por lo que están,
estamos pasando el común de los mortales. Define la RAE el vocablo
como ‘calificación denigratoria’, pues eso: la situación es más
que denigratoria (y no solo en el aspecto económico)
Volvamos al tema en
cuestión (facilidad la mía de desviarme a otras cuestiones… y no,
no tengo vocación política). En esta ocasión entrevisté a un
ibense; su nombre es José Miguel Calatayud, tiene 32 años y es
periodista (también licenciado en Filosofía y como bien me apuntó
después, no filósofo) Los que sabéis de cómo funciona un medio
escrito nuestro peor enemigo es el espacio, cada vez más deseado
entre los plumillas por su escasez. Muchas ideas, reflexiones,
experiencias, vivencias… se quedan sin contar por nuestro
‘enemigo’, así que le propuse a Calatayud que se explayase en
sus respuestas porque a posteriori iba a publicar la
entrevista en mi blog.
Aquí os dejo la
versión ampliada de la entrevista. Seáis o no periodistas os
aconsejo que la leáis, podéis aprender (y mucho) de cómo vive y se
las apaña un corresponsal de un gran medio español en otro país.
Conocer los ‘entresijos’ de Nairobi, de los ‘apaños’
económicos…. y para los que seáis ‘plumillas’, unos
consejos de la profesión muy sabios y que en estos tiempos no vienen
nada mal.
![]() |
J.M.C. en Sudán del Sur (en Gudele, cerca de la capital, Juba) en julio de 2011, durante una entrevista a sursudaneses que habían regresado del norte por motivo de la independencia de Sudán del Sur. |
“Los diputados kenianos cobran unos 8.500 euros
al mes mientras que el sueldo medio de Kenia oscila entre los 50 y 70
euros"
-->
Lo
tenía claro, quería contar historias. Historias convertidas en
testimonios tan reales y que paradójicamente a Occidente (no a
todos) no le suelen interesar, y es que hablamos del Este de África.
José
Miguel Calatayud nació en Ibi hace 32 años; es periodista y
filósofo, especializado en periodismo internacional. Hace tres años
se fue a Nairobi (Kenia), tras residir varios años en París y
Londres. Un destino quizá difícil para el mundo del reporterismo
pero en el que este joven ibense está triunfando: colabora
asiduamente con el diario El País, antes fue el corresponsal para la
Agencia Efe y también ha colaborado con diferentes medios de
comunicación europeos.
Antes
de empezar su andadura profesional, hizo sus prácticas en la BBC y
su primera entrevista la publicó en este periódico, Escaparate. En
julio de 2012, la Fundación Marco Luchetta concedió el premio Dario
D’Angelo a su reportaje ‘A la horca con 14 años’ (para leer el
report, pinche aquí).
Respuesta (R): No
fue una decisión de un día para otro. Cuando estaba en la
universidad quería viajar fuera de España y pude pasar un año en
París como estudiante Erasmus. La experiencia de vivir en un lugar
nuevo, diferente, de aprender un idioma, de conocer a gente distinta…
fue muy buena y muy positiva por lo que quise seguir viajando y
conociendo nuevos lugares. De París me fui a Londres para aprender
inglés y porque la ciudad me llamaba la atención. Y tras hace un
máster en Londres, decidí venirme a Kenia porque me atraía el
África subsahariana y porque quería ser corresponsal en el
extranjero y pensé que tendría más oportunidades en un país como
Kenia que en otro más “convencional” y donde ya pudiera haber
más periodistas españoles trabajando.
P: ¿Es África
un lugar peligroso?
R: Depende muchísimo
del país de África y el lugar concreto en el que te encuentres. En
África hay más países, más gente, más razas, más culturas, más
idiomas diferentes que en Europa.
Nairobi no es una
ciudad peligrosa y yo no he tenido ningún problema en este sentido
en estos tres años. Sí te pueden robar el teléfono o la cartera o
la mochila o el bolso en una aglomeración, pero también en Madrid o
en París o en Londres. Sí hay zonas que conviene evitar, sobre todo
por la noche, pero de nuevo lo mismo ocurre en cualquier gran ciudad
del mundo. Un aspecto quizá más peligroso en Nairobi que en otras
ciudades es el tráfico. Las calles son muy malas, por la noche hay
muy poca luz, hay muy pocas señales y semáforos y, de todas formas,
la gente no los respeta y los conductores de taxis, autobuses y
matatus (minibuses) van como locos, por lo que hay muchos
accidentes.
P: ¿Cómo
reaccionó su familia (sobre todo su madre) cuando le dijo: “Me voy
a África”?
R: La primera vez
que dije que estaba pensando en irme a vivir a algún país africano
no me hicieron mucho caso. Cuando lo seguí diciendo, les sorprendió
y en un primer momento no lo entendían. ¿Por qué precisamente a
África, qué se te ha perdido a ti allí?, me decían. Pero seguimos
hablando, les expliqué que tenía sentido desde un punto de vista
profesional y, como además ya estaban acostumbrados a que viviera
fuera de España, me acabaron apoyando en mi decisión.
P: Nairobi es
su primer destino laboral (referente al mundo de la comunicación….)
R: Sí es el
primer sitio desde el que he trabajado como periodista a tiempo
completo. Antes, tuve varios empleos de verano en Ibi y Alicante,
hice prácticas en El Mundo en Alicante, tuve varios trabajos en
París y Londres (trabajé mucho tiempo en varios Zara…), hice
prácticas en el World Service de la BBC en Londres y, finalmente,
empecé a dedicarme al periodismo a tiempo completo al poco de llegar
a Nairobi.
P: ¿Cómo fueron
sus inicios en Nairobi?
R: Fue fácil porque
hablaba el idioma (aquí todo el mundo habla inglés) y me vine ya
con casa gracias a un amigo de Londres que tenía una amiga que vivía
aquí. Nunca había estado en una ciudad como Nairobi ni en un país
como Kenia (sí tuve la oportunidad de viajar por el país durante
mis primeros días aquí), pero el hecho de que hubiera tantas cosas
nuevas y diferentes hizo que estar aquí fuera muy interesante, no
difícil, y disfruté mucho la experiencia.
Más difícil fue empezar a colaborar con medios españoles, pero
tuve suerte y fui poco a poco haciéndome un huequecillo. Acabé
siendo el corresponsal de la Agencia Efe en la región y ahora estoy
con El País. Y, antes de Efe y entre medias, tuve la oportunidad de
viajar por la zona por mi cuenta y colaborar con varios medios en
español y en inglés, así que no me puedo quejar.
P: Vive en una
ciudad acomodada, pero viaja por todo el país a lugares
'calientes'...
R: En Nairobi se
puede vivir muy bien con el suficiente dinero (como en cualquier
sitio, claro), pero es una ciudad muy cara y con mi trabajo yo no me
puedo permitir vivir tan bien como trabajadores de la ONU y ONGs o
periodistas de otros países, que ganan muchísimo más y sí pueden
disfrutar de un nivel de vida altísimo. Aún así, claro, yo gano
mucho más que la gran mayoría de los kenianos y no vivo mal. Las
desigualdades sociales y económicas son enormes y es algo a lo que
cuesta acostumbrarse. Pero, también, Nairobi es una ciudad incómoda.
Moverse por ella es caro y el tráfico es tan malo que puedes tardar
horas en llegar de un sitio a otro. Anochece todos los días a la
misma hora, sobre las 7 de la tarde, y como apenas hay alumbrado
público la ciudad está muy oscura y no es conveniente andar por
ahí. Durante las épocas de lluvias, hay calles que literalmente
desaparecen y la ciudad cae en el caos, e ir de un sitio a otro se
convierte en una odisea.
Más que viajar por
Kenia a lugares ‘calientes’, sí he viajado por la región a
otros países dependiendo de la actualidad o de si yo quería
jugármela a intentar hacer reportajes por mi cuenta. Entre otros
sitios, he estado en Somalia, Sudán del Sur y Egipto, que quizá
eran ‘calientes’ pero donde yo nunca he estado en peligro. Me
parece muy interesante viajar a estas situaciones de conflicto o de
revuelta social, y más como periodista. En ellas ves lo mejor y lo
peor de las personas y ves la historia ocurriendo en vivo delante de
ti. Es fascinante.
P: ¿Le costó
acostumbrarse a otras culturas?
R: La verdad es que
no, lo llevo muy bien. Me gusta mucho llegar a un sitio y tener que
acostumbrarme a un lugar nuevo y diferente, a otras costumbres, a
otro tipo de gente, a otra comida… De hecho, creo que lo peor que
llevo es cuando va pasando el tiempo y, por el motivo que sea, no
puedo viajar y acabo aburriéndome del lugar en el que estoy.
P:
¿Se relaciona con españoles?
R:
Sí, me relaciono bastante con otros españoles jóvenes,
periodistas, trabajadores en la embajada, en la ONU o en ONGs. Somos
un grupo de amigos con una relación muy buena y hacemos lo que
cualquier otro grupo de amigos en cualquier sitio: quedamos para
salir y tomar algo, para ir al cine, para pedir unas pizzas y ver una
película en casa de alguien…
P: ¿Ha residido
en más países? ¿Con cual de ellos se queda?
R: Cada sitio es
diferente y también depende de la vida que lleves allí y en qué
trabajes y demás. Yo estaba enamorado de París pero era más joven
y lo que hacía era ir a clase, trabajar a tiempo parcial (en un
Zara…) y salir. Ahora no volvería a tener esa vida.
Lo mismo con
Londres, aún era joven y no tenía del todo claro lo que quería
hacer, me ganaba la vida trabajando en tiendas de ropa (en dos Zara y
luego en otra más pija), hice prácticas en la BBC y al final
estudié un máster y ese año como estudiante fue muy bueno y pude
de verdad disfrutar de Londres. Más adelante, y dependiendo del
trabajo, no me importaría vivir en Londres durante varios años más,
a pesar del clima, que sí es muy malo. Pero Londres es casi como un
mundo, es una ciudad tan grande, tan abierta a todos, tan
cosmopolita, que cada día puedes ir a sitios muy diferentes, hacer
cosas muy distintas y conocer a gente de casi todos los países del
mundo. Eso sí, es bastante cara y o tienes un buen trabajo o dinero
o puede ser agobiante.
Y Nairobi, aunque no
me quedaría a vivir aquí para siempre y a pesar de sus
incomodidades, es una ciudad fascinante y vivir aquí unos pocos años
es una experiencia muy interesante y de la que he aprendido
muchísimo.
P: ¿Desde que
llegó a África está trabajando?
R: Sí he estado
casi todo el tiempo trabajando pero, excepto cuando fui el
corresponsal de Efe, siempre ha sido por mi cuenta, como freelance.
Esto tiene ventajas e inconvenientes. Eres más libre para decidir
qué historias quieres escribir pero también asumes todo el riesgo
financiero, te tienes que pagar todos los gastos de tu bolsillo y es
fácil acabar perdiendo dinero o no ganando lo suficiente.
P: ¿Hay trabajo
en Kenia?
R: Entre los
kenianos hay bastante paro y muchos acaban trabajando en la economía
sumergida o en las zonas rurales, en la agricultura de subsistencia.
Para los
extranjeros, sí hay bastante trabajo pero en unos ámbitos muy
limitados. La gran mayoría son diplomáticos, trabajadores en
agencias y programas de la ONU, trabajadores en ONGs y periodistas.
También hay extranjeros que trabajan en empresas privadas o que
tienen su propio negocio pero aún no son muchos comparados con los
otros ámbitos.
P: ¿Hay
diferencias salariales con España?
R: Esos tipos de
trabajos (en referencia a la pregunta anterior) para los extranjeros
suelen tener unas condiciones muy particulares. En general y en esos
trabajos, los extranjeros tienen muy buenos sueldos y unas
condiciones laborales muy buenas (ayudas para la vivienda, muchas
vacaciones y otras facilidades, como viajes pagados…).
Entre los
periodistas extranjeros que estamos por aquí también hay
diferencias y, por ejemplo, los medios españoles pagan mucho menos y
ofrecen unas condiciones mucho peores que los medios de otros países.
En el mercado
laboral nacional, los salarios kenianos suelen ser menores que en
España pero el coste de la vida también suele ser menor. En
general, las condiciones laborales son peores: los trabajadores
kenianos tienen menos acceso a derechos y prestaciones sociales como
el paro, la sanidad o vacaciones. Además de que, en general, los
servicios públicos como la sanidad, la educación o el transporte
son peores que en España.
Para los extranjeros
y los kenianos que pueden permitírselo, la sanidad, la educación,
el transporte y otros servicios privados sí son de calidad, pero
pueden llegar a ser bastante caros.
P: Anima a los
ibenses en situación precaria a emigrar…
R: En principio, sí
creo que viajar al extranjero, pasar una temporada en otro país,
aprender otro idioma son una buena experiencia en sí mismos. Pero el
emigrar depende mucho de cada persona y de la carrera profesional que
uno quiera perseguir. Si uno cree que aprender un nuevo idioma le
puede convenir, si cree que hay más posibilidades laborales en otro
país o si, simplemente, no encuentra nada en España ahora mismo y
está dispuesto a invertir parte de sus ahorros, yo sí recomendaría
a la gente que se la jugara y se fuera a otro sitio, a Londres, a
Berlín, a Ámsterdam, a los países nórdicos… A todos mis amigos
que se fueron a un sitio así les ha ido bien y hoy están en una
buena situación profesional, casi seguro mejor de cómo estarían si
se hubieran quedado en España.
P: ¿Qué
consejo le daría a un español con estudios y experiencia pero sin
embargo en las listas del paro?
R: Bueno, de
nuevo, depende mucho de la persona y de sus ambiciones profesionales.
En general, para alguien que esté en una situación así, sí creo
que pasar una temporada en el extranjero puede ser una buena
experiencia. Ver cosas nuevas, conocer a gente diferente, darte
cuenta de que hay cosas que son muy distintas en un sitio y en otro,
aprender un nuevo idioma… También creo que puede ser una buena
inversión en uno mismo ya que en muchos sitios de Europa, por
ejemplo, hay más empleo que en España y puedes acabar encontrando
trabajo de lo tuyo allí. Y, en cualquier caso, cuando vuelvas a
España habrás mejorado tu currículum y tu perfil con un nuevo
idioma, nuevas experiencias y el hecho de que te fuiste mostrará
iniciativa y capacidad de decisión.
P: ¿Y a un
periodista?
R: Para alguien
que quiera ser periodista y esté en esa situación que describes, la
cosa está muy complicada. Aunque no quiera ser un corresponsal,
pasar una temporada en el extranjero podría ser también una buena
experiencia. Aparte de esto, le recomendaría que tuviera su propia
página web o un blog en el que escribiera artículos y publicara sus
fotos y vídeos. Que en su blog, y más que contar lo que le va
pasando cada día o lo que piensa, hiciera periodismo, reporterismo,
que saliera a la calle, hablara con la gente y contara sus historias.
Historias humanas para ilustrar cómo está afectando la crisis a la
gente de Ibi, por ejemplo. A los que van al instituto, a los que
están en la universidad, a los que están en el paro, a los que les
va bien (que de todo habrá), los que tuvieron una buena idea o
suerte y han podido aprovecharse de la crisis, a los que afectan los
recortes en prestaciones sociales (como las ayudas a discapacitados o
el copago). Por ejemplo, que se fuera una mañana al Insalud y
hablara con los agüelillos y agüelillas que se pasan
allí el tiempo y que escuchara sus historias. Luego podría ofrecer
un reportaje a los medios locales o regionales de su zona. Y, si no,
que se lo currara a la hora de contarlo en su blog. Le diría que no
aceptara trabajar gratis porque estaría devaluando su trabajo y el
de los demás que nos dedicamos a ello, pero entiendo que hay gente
que cree que, en un momento dado, le puede convenir.
Le diría que
buscara colaborar con los medios locales y regionales de su zona. A
la mayoría de la gente le importan las historias de las personas que
viven a su alrededor, a muy poca gente le importa o le interesa lo
que yo pueda contar sobre Kenia, por ejemplo. El periodismo local
tiene muchísimas posibilidades que muchos pequeños medios no
explotan, en mi opinión. Hoy en día, con un poco de dinero, muchas
ganas y unos pocos colegas se puede montar un medio local (o
hiperlocal en una gran ciudad) en internet que, bien hecho, gustará
a la gente, tendrá audiencia y podría incluso generar suficientes
ingresos a través de publicidad y donaciones.
P: En el caso de
cambiar de país, ¿a cual se iría? ¿por qué? ¿dónde se iría?
R:
Llevo aquí (Nairobi) ya más de tres años y sí me apetece un
cambio. Me atrae Oriente Medio pero también Turquía y, en
particular, Estambul. En cualquier caso, tendría que meditar la
decisión porque siendo freelance, con un cambio así me juego el
dinero de mi bolsillo y si la cosa sale mal, podría acabar perdiendo
bastante dinero.
P: Desde Nairobi
¿cómo está viviendo la crisis de España? ¿Tiene
amigos/familiares que lo estén pasando mal debido a la crisis?
R: Leo bastante
prensa y sí sigo la situación en España, sobre todo con
preocupación y con resignación. Sí conozco gente que está
agobiada y preocupada pero, por suerte, nadie que esté realmente
mal.
P: ¿Amigos o
familiares también han emigrado a otros países? ¿Dónde? ¿les va
bien?
R: Sí tengo algunos
amigos que han emigrado, varios a Londres, alguno a París, algún
otro a América Latina, y a todos les va bien.
P: ¿Le gustaría
volver a Ibi para instalarse definitivamente?
R: La verdad es que
no, también porque no podría realizar el trabajo que me gusta, que
es ser periodista en el extranjero. Claro que en Ibi tengo a mi
familia y a muchos amigos y me gusta ir y pasar unos días cada
varios meses. Lo malo es lo caro que me resulta el viaje y el hecho
de que como soy freelance no tengo vacaciones pagadas, así que
cuando no trabajo no gano dinero.
P: ¿Echa de
menos Ibi? ¿Qué es lo qué más hecha de menos?
R:
Lo cierto es que no siento morriña
y, más que Ibi en sí, echo de menos a mi familia y amigos que viven
allí. Cuando vuelvo de visita, sí me gusta el hecho de pasear por
las calles que conozco desde siempre, la tranquilidad que suele
haber, el que en algunos sitios la gente me conozca… Pero también
es verdad que a los pocos días me empiezo a agobiar o a aburrir y me
entran las ganas de marcharme y seguir viajando. No suelo ir mucho
por lo caro que me resulta y porque cuando no trabajo pierdo dinero,
pero sí intento ir al menos un par de veces al año.
P: ¿Cree que es
cierto que en España hay ‘una fuga de cerebros?
R: Habría que ver
que se entiende por “cerebros” y las cifras “duras”: cuánta
de esta gente se ha ido marchando estos últimos años, cuánta lo
hacía antes, en qué puestos de trabajo acaban los que no se
marchan… Pero, por lo que dice la prensa, sí parece que hay una
“fuga de cerebros” y lo cierto es que me parece lógico, dadas
las pocas oportunidades académicas y laborales que hay para mucha
gente con preparación. También es verdad que, en sí misma, una
“fuga de cerebros” no tiene por qué ser mala. Si, por ejemplo,
la situación mejora en España en los próximos años, quizá a
muchos de estos “cerebros” les interese volver para instalarse en
España, con lo que traerían su experiencia adquirida en otros
países, algo que siempre es positivo. Lo malo es que, tal y como
están las cosas, parece que la mayoría de los que se van no tienen
mucha intención de regresar.
P: ¿Qué cree
que deberían hacer los políticos para evitar esta fuga de jóvenes
al extranjero?
R: Ahora mismo no
pueden hacer nada, lo tendrían que haber hecho hace años, incluso
antes de la crisis. El Estado tendría que invertir en educación y
en investigación e incentivar la creación y el desarrollo de
industrias que puedan emplear a estos “cerebros”, tanto en el
sector privado como en el público. Lo que pasa es que algo así
lleva mucho tiempo y los efectos de una inversión así no se verían
a corto plazo. Y ésa es, en mi opinión, una de las razones por las
que los políticos no han invertido en estos campos, ya que en
general tienden a pensar y actuar sólo en el corto plazo y con vista
a las próximas elecciones.
PARTE
PROFESIONAL
P:
Escribe sobre temas (algunos) sensibles y trabaja para uno de los
mejores diarios de España. ¿Cómo es el día a día de un ibense en
un lugar (en cierto modo) peligroso?
R:
Ya he comentado que Nairobi no es una ciudad peligrosa. Mi día a día
es bastante normal. En general, estoy siempre pendiente de la
actualidad de la región que cubro para el periódico –casi toda el
África subsahariana– y estoy siempre pensando y
trabajando en qué historias puedo hacer. Luego, cada día por la
mañana repaso los sucesos de más actualidad y si considero algo
suficientemente relevante, propongo al periódico hacer un artículo
sobre ello. A partir de ahí, ya vamos hablando sobre los temas que
vamos a hacer. Muchas entrevistas son por teléfono o por email pero,
si tengo que quedar con alguien en persona por aquí, pues también
me organizo para ver cuándo nos podría ir mejor a ambos.
En
mi caso, y como trabajo por mi cuenta y no tengo una oficina, a veces
mis horarios son un poco desordenados. Puede haber días que no haga
casi nada durante el día pero me quede currando despierto hasta muy
tarde. O puede haber días entre semana que no haga casi nada pero
luego me pase todo el fin de semana trabajando.
P:
Una de sus últimas informaciones ha sido la matanza de 34
mineros durante una protesta. ¿Cómo fueron esos días
(informativamente hablando)? ¿Qué inconvenientes tiene un español
para informar desde el extranjero?
R:
Bueno, esos días no fueron muy diferentes a cualquier otro día.
Sobre ese tema, la particularidad es que los sucesos estaban
ocurriendo en Sudáfrica, muy lejos de Nairobi y un país en el que
nunca he estado. Tuve que documentarme mucho sobre el país, el
contexto, cómo se había llegado a esta situación, qué había
estado pasando antes, qué podría pasar después… Así que leí
muchísimo sobre Sudáfrica, sobre todo de medios y organizaciones
locales. Además, localicé posibles fuentes y me puse a llamar y a
enviar emails para verificar datos y preguntarles sobre estos temas.
Vamos, que hice lo que cualquier otro periodista habría hecho para
escribir sobre un país en el que no ha estado.
Un
español, para informar desde el extranjero, tendrá diferentes
ventajas e inconvenientes dependiendo del lugar en el que se
encuentre. Por ejemplo, no es lo mismo informar desde América Latina
que desde África. En mi caso, y por mi experiencia particular, me
encuentro con que a muy poca gente en España le interesa lo que yo
pueda escribir sobre esta región. E, igualmente, que a muy poca
gente local en estos países les interesa lo que yo pueda escribir
sobre ellos para una audiencia en España. Por ejemplo, no es lo
mismo la BBC o Reuters o el New York Times, que trabajan en inglés,
a quienes todo el mundo conoce y en los que políticos y otras
personas de aquí quieren aparecer, que yo, que escribo para un
periódico español, algo que a políticos y otras personas de aquí
les da bastante igual. Esto tiene ventajas e inconvenientes. Por
ejemplo, tengo menos acceso a personas muy importantes o a sitios
caros y complicados a los que los grandes medios sí son invitados.
Pero, al mismo tiempo y como mi medio les da más igual, creo que hay
fuentes que me hablan con más franqueza y están más relajados
cuando las entrevisto, con lo que a veces puedo conseguir una imagen
más cercana a la realidad.
P:
También ha escrito sobre piratas somalíes, guerras, intereses
políticos... ¿Cómo se 'busca' la vida un freelance en África?
R:
Ésa es la expresión perfecta: un freelance tiene que buscarse
la vida, tal
cual, allá donde esté. En mi caso, aquí en Kenia, es complicado
por lo caro que es vivir en Nairobi y por lo caro –y a veces
complicado– que es viajar por la región para hacer historias. Los
medios españoles pagan muy poco, por lo general menos que los medios
de otros países, por lo que intento minimizar mis gastos en
vivienda, en salir y también los relacionados con el trabajo. E
intento también colaborar en inglés con medios extranjeros, algo
complicado por la gran cantidad de periodistas anglosajones que hay
establecidos en Nairobi y en el este de África en general.
Más
en general, esté en un país africano o en cualquier otro sitio, un
freelance se busca la vida buscando contactos por su cuenta, leyendo
muchísimo y haciendo muchas preguntas sobre la zona que cubre,
ofreciendo historias a diferentes medios e insistiendo e insistiendo
(porque muchos ni contestan), exigiendo que le paguen cuando un medio
le compra un tema (porque a muchos les cuesta pagar, tardan mucho e
incluso se pueden “olvidar”). La verdad es que una vida
complicada pero también satisfactoria cuando las cosas te salen
medio bien.
P:
Supongo que tendrá medidas de seguridad...
R:
Por lo general, no tomo medidas de seguridad particulares, ya que la
vida en Nairobi no es peligrosa. Uno simplemente ha de tener el mismo
sentido común que tendría en cualquier otra gran ciudad. Claro que
la cosa cambia si vas a una zona en conflicto o donde puede haber
tensiones, como Somalia o en su momento Sudán del Sur. En lugares
así, uno ha de tomar más precauciones, estar muy bien informado
sobre adónde puede ir y adónde no, quién es quién en el
conflicto… Además, si uno va a un lugar en guerra, debería llevar
chaleco salvavidas y casco, que en un momento dado te pueden incluso
salvar la vida.
P:
Su reportaje 'A la horca con 14 años' ha sido galardonado con un
reconocido premio internacional... ¿Es el corresponsal el 'contador
de historias'?
R:
Es el único premio que he recibido. Cualquier periodista es un
contador de historias. Claro que no es lo mismo una noticia breve
hecha de forma muy rápida que un reportaje muy largo en el que uno
ha tenido la oportunidad de trabajar durante semanas o meses. Pero
todo artículo es una historia. El periodista no da sólo datos o
“hechos desnudos” sino que cuenta a unas personas lo que les pasa
a otras.
P:
Sin duda, el periodismo también está en crisis y pasa por malos
momentos ¿Qué cree que le falta al periodismo ? ¿Y a los
periodistas?
R:
Más que el periodismo en sí, en mi opinión lo que está en crisis
es el modelo de negocio de los medios tradicionales, que no han
sabido sacarle partido a internet y no son capaces de generar
suficientes ingresos. Este modelo de negocio debe cambiar y es
probable que en 5 ó 10 años sea bastante diferente a cómo es hoy.
El
periodismo en sí no está en crisis en el sentido de que hoy se hace
muy buen periodismo, igual que hace 10, 20, 30 años y desde siempre
se ha hecho. El problema, en mi opinión, es que la crisis en la que
están sumidos los medios tradicionales hace que muchos periodistas
tengamos que trabajar en condiciones precarias. Y esto sí tiene
efectos directos en la calidad del periodismo que somos capaces de
producir. Por seguir con el ejemplo anterior de las protestas en
Sudáfrica, hubo días que yo tuve muy poco tiempo para hacer un
artículo sobre Sudáfrica, donde nunca he estado, desde Kenia. Si,
por ejemplo, hubiera podido viajar a Sudáfrica, ir al terreno,
hablar en persona con los mineros y, en general, tener tiempo para
trabajar la historia y luego suficiente espacio en el periódico para
contarla, habría sido capaz de producir artículos muchísimo más
interesantes.
Otro
problema que veo es la enorme cantidad de información a la que hoy
en día tenemos acceso, sobre todo a través de internet. La gran
mayoría de artículos disponibles son muy normales, no están muy
mal ni muy bien, luego hay unos pocos muy malos y otros pocos muy
buenos. Y quizá estos pocos muy buenos son menos visibles de lo que
eran hace tiempo debido a que son una pequeña parte de toda esa gran
cantidad de información disponible hoy.
NIVEL DE VIDA
Y SUELDOS EN KENIA:
P: ¿Más/menos
(aproximado) cuanto necesita un extranjero para vivir medianamente
bien (sin caprichos) en Nairobi?
R: Ésta es
complicada porque, en general, los extranjeros que viven aquí
aspiran a un nivel de vida muy alto que incluya, por ejemplo, ser
capaces de irse a la costa o de safari o a un cottage en
la montaña casi cada fin de semana y eso es muy caro, pero no lo
considerarán caprichos sino parte del vivir aquí. También, la
mayoría de extranjeros quieren vivir en los barrios más chulos de
las afueras o en pisos enormes y nuevos en otras zonas más dentro de
la ciudad y, en ambos casos, son caros pero el extranjero te dirá
que no se trata de un capricho. Por no hablar del querer volar a
Europa o a América varias veces al año, lo que también es
carísimo.
Pero, a ver. Si
te quedas los fines de semana tranquilo en Nairobi, no cenas fuera
todas las noches (muchos extranjeros lo hacen y en sitios caros) y no
te gastas mucho dinero en el alquiler ni en comprarte muchas
tonterías, puedes vivir medio bien con unos 1.200 euros al mes, pero
apenas podrías ahorrar. Y si quieres salir más a menudo, poder
comprarte ropa y libros (muy caros) y figuritas africanas y demás e
ir de vez en cuando de fin de semana fuera de Nairobi, piensa en como
mínimo unos 2.000 euros al mes, aunque seguramente necesitarías más
y, de nuevo, apenas podrías ahorrar. Muchos de los extranjeros que
trabajan en las embajadas o en la ONU o en ONGs pueden ganar
fácilmente 3.000, 4.000, 5.000 euros o más, y de ahí que puedan y
no les importe gastar mucho dinero al mes.
P: ¿Y cual
es el sueldo medio en Nairobi?
R: Ésta también
es difícil porque muchos kenianos trabajan en el mercado negro y
porque aquí no hay estadísticas oficiales (o las que hay no son
fiables) como en algunos países europeos. Pero mira, te cuento lo
que averigüé hace poco para un tema sobre las escuelas públicas y
los profesores (que se han declarado en huelga). Los sueldos de
los profesores en la educación pública en Kenia varían muchísimo.
Los peor pagados cobran unos 130 euros al mes y los mejor pagados
(directores de escuelas e institutos que además tengan ayuda para
vivienda) unos 1.700 euros al mes. Pero la gran mayoría de
profesores del país están en una categoría en la que el sueldo es
entre 150 y 175 euros al mes. Es difícil saber el sueldo medio en
Kenia pero se estima en entre 50 y 70 euros al mes, aunque estas
cifras tienen un margen de error alto y repito que son para Kenia y
hay que tener en cuenta que, fuera de Nairobi, todo es muchísimo más
barato y que en las zonas rurales hay gente que más que trabajar lo
que hace es dedicarse a la agricultura de subsistencia. El sueldo
medio en Nairobi tiene que ser más alto debido, por un lado, a los
sueldos altísimos de los extranjeros y los kenianos ricos y, por
otro, a que incluso gente que vive en barrios de chabolas quizá gane
como mínimo eso, unos 50 euros. Por su parte, los diputados cobran
unos 8.500 euros al mes y los sueldos de altos cargos políticos
pueden llegar a ser bastante más altos. Los políticos kenianos
están entre los que más cobran del mundo.
P: ¿Qué
retribución económica tiene un corresponsal?
R: De nuevo,
esto puede variar muchísimo dependiendo de si eres freelance
o de plantilla, de si trabajas para una televisión o para una radio
o para la prensa (o para las tres, o para dos de las tres), de en qué
país estén los medios para los que trabajas… No estoy seguro
pero, viendo el nivel de vida que llevan, imagino que muchos
corresponsales anglosajones por aquí cobrarán al menos unos 3.000
euros al mes, algo más según vayas siendo más veteranos… y
bastante más los altos cargos de grandes medios como la BBC o la CNN
o Reuters o el New York Times.
En medios
españoles, los corresponsales de plantilla han sufrido varios
recortes de sueldos y, aunque no estoy seguro de cuánto cobran
ahora, quizá esté en algo menos de 2.000 euros. En mi caso, cada
mes varía mucho lo que puedo ganar porque depende de la cantidad de
artículos que publique, pero de media es mucho menos de lo que cobra
un corresponsal de plantilla español. Y también sé de
corresponsales "estrella" españoles (que ya llevan tiempo
y son conocidos y tal) en otros países que pueden cobrar hasta 7.000
euros al mes.
P: Tu primera
entrevista la publicaste en Escaparate (donde trabajo yo ahora)….
R: Bueno,
realmente no pasé por Escaparate. Estaba estudiando Periodismo en
Valencia y tenía una asignatura que se llamaba Periodismo cultural.
Uno de los trabajos que teníamos que hacer era una entrevista y dio
la casualidad de que por esos días venía El Brujo a Ibi. Hablé con
su representante, le dije que quería entrevistar a El Brujo y me
dijeron que “vale”. Me documenté mucho sobre su carrera,
quedamos en el mismo escenario en el teatro de la Casa de la Cultura
un rato antes de la función y lo entrevisté y me pareció muy
interesante. Ofrecí el tema a Escaparate y me dijeron que les
interesaba pero que no podían pagarme nada (¡¡ja!!, me acabo de
comer mi consejo de antes). Les envié mi texto y lo publicaron,
aunque muy reducido, y ésa fue la primera vez que publiqué en un
medio profesional, aunque no cobré. Esto fue, si no me equivoco, en
abril de 2005.
Para leer la entrevista que salió publicada en el periódico Escaparate, pinchad aquí
Para leer la entrevista que salió publicada en el periódico Escaparate, pinchad aquí
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