Vivimos
en la era tecnológica y cualquier rastro, aunque se borre (o eso creamos) queda
en lo que se conoce como la ‘nube’. Google
(el mayor buscador del mundo) ha reconocido que las solicitudes de emails se
han disparado en los últimos años y la propia empresa californiana reconoce
que, en la inmensa mayoría de las peticiones, ha entregado datos de sus
usuarios.
¿Vivimos en permanente vigilancia? Analicemos el
último trágico y grave suceso ocurrido en Woolwich (en el sudeste de Londres),
donde dos jóvenes, británicos de origen nigeriano, asesinaron a machetazos al
soldado Lee Rigby. Los autores del espeluznante suceso (casi retransmitido en
directo) estaban en el radar de los Servicios Secretos (Servicio de
Inteligencia británico, el MI5)
pero no fueron sometidos a vigilancia porque no eran considerados peligrosos.
Conocían sus actividades e ideas radicales desde hacía ocho años: sabían que
uno de ellos había asistido a una manifestación violenta ante los juzgados en
la comparecencia de un islamista acusado de incitación al odio racial y la
violencia en 2006 y que era asistente regular a los actos de un grupo islamista
ahora prohibido, Al Muyahidin; incluso -y según publican algunos medios de comunicación
internacionales 1(*)-, también
estaba fichado por la Policía keniata por pertenecer a una banda de jóvenes
radicalizados que pretendía unirse al grupo Al-Shabaab 1(*). El propio
ministro británico de Comunidades, Erick Pickle, ha declarado que “miles de islamistas expresan sus ideas
radicales y cientos de ellos son investigados cada año”. 2(*) Y a pesar de ese
exhaustivo control, los servicios secretos ¿han fallado?
Los
tiempos han cambiado y ahora las nuevas tecnologías facilitan, aún más, esa ‘vigilancia’
(espionaje) de los ciudadanos. Para el fundador de Wikileaks (la polémica web, para algunos, de filtración de
documentos confidenciales de todo el mundo), Julian Assange, “el email es la forma menos segura de
comunicarse". Assange -que está recluido desde hace meses en la embajada de Ecuador en Londres como
refugiado político debido a una orden de extradición que pesa sobre él por
parte de Suecia por un presunto delito de abuso sexual- declaró a una
televisión española (al programa Salvados, de La Sexta) que “las organizaciones más poderosas del mundo
pueden indagar en la vida de todo el mundo, porque todo lo importante que
hacemos está en Internet. Esa información va hacia arriba hacia gente que tiene
un enorme poder”.
Pero,
¿estamos
todos los ciudadanos vigilados? ¿Y para qué? ¿Y por quien? ¿Y cómo?
Difícil responder. La Policía española ha hecho un gran esfuerzo en los últimos
años en la incorporación a sus equipos de expertos no sólo en materia
informática sino en las diferentes plataformas y redes sociales. De hecho,
mucha información la adquieren a través de ellas. Algunas manifestaciones o
congregaciones recientes que carecen de permiso administrativo (es decir, que
no han solicitado el permiso a la Delegación del Gobierno) se tiene conocimiento
de ellas por su previa convocatoria vía internet.
________________________________
1(*) Una milicia radical
islamista considerada por EE UU como una organización terrorista
2(*) Información
publicada, en el link: http://www.elmundo.es/elmundo/2013/05/26/internacional/1369568139.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario