domingo, 22 de abril de 2012

Futuros 'plumillas'


El otro día estuve dando unas charlas sobre periodismo de Sucesos/Tribunales en el Taller de Periodismo de la Asociación de Prensa de Alicante. Había una niña, no más de 17 años, que me miraba con cara de extrañada. Quizá fui yo la que provocó esa situación y es que empecé mi charla diciendo que esta sección era la más dura, pero la más bonita. Y es cierto, la relación con los 'maderos' o con los 'picapleitos' (en el mejor sentido de la palabra, al igual que a los periodistas se nos dice 'plumillas') es complicada y difícil, pero ni nosotros podemos vivir sin ellos, ni ellos sin nosotros. Es una especie de simbiosis, más bien extraña.



Me preparé algo de teoría, pero horas antes lo tiré todo a la papelera y decidí hablarles de mi experiencia personal. De las interminables guardias en los juzgados de Benalúa para que luego 'x' político solo te diga “déjame pasar”; de mi primer día en la sección de Sucesos y cómo un conocido juez de Alicante me tomó (literalmente) el pelo y me creí su 'exclusiva' con la que iba a triunfar en este mundillo; o las redadas a las dos de la madrugada por las calles desiertas de Alicante.... Así hasta hora y media dándole a la lengua, porque estos chavales preguntar más bien preguntaban poco y yo, otra cosa no tendré pero 'xarraora' soy un rato.

Otra de las ideas que quise dejar claras era que la sección de Sucesos/Tribunales no son solo muertos, sangre, malos y malotes... Se pueden hacer reportajes de todo tipo. Recuerdo un día con los boinas verdes en las montañas perdidas del interior de la provincia de Alicante. (No viene al caso, pero protocolo tienen un rato nuestros militares: tres reuniones previas antes de irme con ellos.) A partir de ese report, el resto de medios empezó a sumarse a esto de entrar en el mundo militar. Un amiguete de ese mundillo me sigue diciendo que “eres la culpable (con cariño, claro) de que tengamos tanto trabajo con los periodistas”

Cuando salí del Casino, me senté junto a una palmera y me dije a mi misma: “Han pasado ya doce años, joder cómo pasa el tiempo. Doce años y recuerdo algunos momentos como si hubiesen ocurrido hoy mismo. Y si lo recuerdo así, es porque esos momentos me han hecho muy feliz, en todos los sentidos, tanto en el ámbito profesional como en el personal ”.

Días después me sucedió algo que me dejó 'perpleja', o no quise reaccionar o no supe reaccionar. Durante la charla recalqué varias veces a los chavales la idea de que “los que trabajamos en la calle somos competencia, pero nunca enemigos” y más en los tiempos que corren, que ya no sabemos ni para quien trabajamos ni hasta cuando. Sea lo que sea, para mi mis compañeros nunca serán ni competencia ni enemigos, y menos aún si su integridad física corre peligro.

Lo dicho, no existe exclusiva que merezca la pena traicionar a nadie!!!!

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