domingo, 20 de octubre de 2013

Y sí... siempre quise ser corresponsal de guerra



 Rabasa (Alicante, 2009)
 Rabasa (Alicante, 2009)
















Recuerdo la primera vez que entré en un cuartel militar. Tras varias peticiones oficiales (y alguna negación) y entrevistas previas con altos cargos militares, entré en los entresijos del MOE (Mando de Operaciones Especiales del Ejército español) (1). Comprobé in situ el trabajo de los conocidos como ‘boinas verdes’: experiencia, compromiso, lealtad, creencia y pasión por su trabajo. Fue hace algo más de 4 años y entonces, aquel día (subida en un todoterreno sanitario-militar) me vino a la mente aquella imagen del instituto (estaba en COU, ahora 2º de Bachiller) cuando dos periodistas vinieron a clase a darnos una charla sobre Periodismo. Preguntaron: “¿A quién le gustaría ser periodista de guerra?”. Solo se levantó una mano, la mía. Todas las miradas se dirigieron hacia mi. Entonces hubo risas.

Y sí. Siempre quise ser corresponsal de guerra (aunque cada vez que mi madre escucha esas palabras me mira con la misma cara, la de susto), pero cosas de la vida mi andadura profesional ha ido por otros lares. Y no sé si ha sido mejor, porque la figura del corresponsal de guerra está en peligro de extinción. Apenas existe ya, por lo menos en la prensa española; ni tan siquiera ya los enviados especiales a zonas de conflicto. Sobreviven los freelance, los que arriesgan su vida para informar a un país sobre los conflictos que existen. Se ha dicho que por una crónica cobran 50 euros. ¿Cómo se puede cobrar 50 euros por uno de los trabajos más peligrosos y amados a la vez?

Hace unos días asistí a la jornada práctica de Comunicación en Operaciones Militares OTAN del IV Curso de ‘Prensa, Seguridad y Defensa’, impartido por el Instituto de Estudios Estratégicos e Internacionalesde la UCV (Universidad Católica de Valencia) y por la OTAN. Un mini-curso de formación pero que a una le sirve para quitarse el gusanillo ese que aún lleva dentro. Los soldados defienden un país y los periodistas tenemos que informar y para informar primero tenemos que saber y conocer y el mundo militar es muy complejo (y la OTAN aún más, sobre todo su estructura).

A veces pensamos que los militares son solo eso, soldados que se entrenan y se van a una guerra a disparar. NO. Grave error. ¿Qué es la OTAN? Los miembros de la OTAN son expertos militares, con una carrera excepcional, altamente cualificados y con unos conocimientos exquisitos. Organización del Tratado del Atlántico Norte son las siglas de la OTAN, formada por 28 estados miembros (Europa y Norteamérica), además de otros 22 países colaboradores dentro de programas de Paz y otros 15 países involucrados en programas de diálogo.

Según la página web oficial de la OTAN, su objetivo es salvaguardar la libertad y la seguridad de sus miembros por medios políticos (promueve los valores democráticos y alienta la consulta y la cooperación en temas de defensa y seguridad para generar confianza y, a la larga, prevenir los conflictos) y militares (la OTAN se ha comprometido a la solución pacífica de las controversias. Si fracasan los esfuerzos diplomáticos, tiene la capacidad militar necesaria para llevar a cabo la gestión de crisis en operaciones. Estas se llevan a cabo bajo el artículo 5 del Tratado de Washington - el tratado fundacional de la OTAN - o bajo mandato de la ONU, solo o en cooperación con otros países y organizaciones internacionales).

La parte práctica del curso se impartió en la base Jaime I HQ-NRDC-SP OTAN-Bétera (Valencia, España). Nada más llegar nos pusieron chalecos y cascos que utilizan en sus misiones y para que veáis lo quejicas que llegamos a ser los periodistas, una hora después ya estábamos pidiendo que si nos los podíamos quitar. Unos 20 kilos de peso cada uno y eso que solo llevaban una placa (la sencilla). Hicimos un simulacro de rueda de prensa en zona de conflicto bélico (dos países imaginarios: Opalo y Coral; el primero una república democrática parlamentaria, el segundo un país con poderes absolutos y con apoyo al grupo terrorista CUF) y les prometo que por segundos (no sé si por el contexto y por la vestimenta, todo militar) traspasé la línea de la ficción y creí estar de verdad en un puesto de mando, dónde a escasos metros se escuchaban disparos. Y sí, ese gusanillo de la adolescencia volvió a resurgir.


Galería de imágenes: (Bétera, 16 octubre 2013)






 




noticias relacionadas:
  • reportaje papel: Operación machete 2011: El pantano de Tibi, escenario bélico
  • vídeo: pincha aquí






[1] Fui la primera, eso me recuerdan, que ‘abrí’ las puertas del MOE a la prensa alicantina. Y me siento orgullosa, no solo por la amistad con algunos cargos militares, sino por abrirle el camino a mis compañeros de la prensa.

miércoles, 2 de octubre de 2013

La dignidad perdida de los estafados en la banca




“¿Qué es lo que más me indigna?” Respondía con el mismo interrogante un transeúnte tras preguntarle que con todo lo que está pasando en el mundo (dígase caso Bárcenas, corrupción en la política y en los ámbitos empresariales de las altas esferas, Siria, etc), ¿qué es lo qué más le preocupa? Su repuesta ha sido clara: la carencia de ética y moral que hay entre las personas más cercanas, con los que nos rodean, vecinos de toda la vida, personas con las que has tratado en infinidad de veces, que has compartido alegrías y tristezas, en las que has confiado.

Pongamos el caso de las Preferentes: el vecino de ‘tota la vida’, el que te encontrabas en el bar, el que saludabas cada mañana, el que salía contigo en las fiestas de tu pueblo, el que un día te llamó y te ofreció el gran sillón de su despacho para que te sentaras en el porque tu opinión le importaba para saber a qué universidad debía ir su hijo… El que te decía que eras una excelente clienta y por eso te iba a recompensar con algo muy selecto, pero el que no te alertó de los riesgos que tenía aquel producto que te vendió con engaños, el que nunca te dijo la verdad, el que no te llamó para decirte un simple lo siento. El que ahora no se inmuta ni un ápice viendo a personas mayores llorar, sufrir… y todo ello por unas míseras comisiones en su nómina. (femenino, masculino… no importa el sexo)

Sonámbula recorrió apenas 150 metros. Un sentimiento aterrador en cada paso que daba. Sabía que lo que iba hacer rompía en pedazos su dignidad, sus creencias, su lucha por la verdad, sus derechos, sus principios. Pero ella no tenía más fuerzas, no tenía ánimos para luchar contra una montaña cuando solo es una pequeñita piedra en las faldas de un mastodonte. Han sido 150 metros en los que han pasado por su mente demasiados momentos desagradables, interrogantes sin respuestas, 150 metros (apenas tres minutos de recorrido) en los que se han apoderado de ella la angustia más amarga. El silencio. La impotencia. La rabia. El cansancio.

Son dos largos años de sufrimiento, de ver llorar a la persona que más quiere, la que le inculcó a respetar a todos por igual, sea quien sea, esté donde esté, tenga lo que tenga; a decir siempre la verdad, a no mentir, a no hacer daño. Es un dolor intenso que se le agarra al pecho y le cuesta respirar, tan profundo que las lágrimas que derrama dejarán huellas imborrables.
Y ahora se pregunta, ¿Y dónde están sus ideales? ¿Sus principios? ¿Sus ganas de luchar? ¿Su valentía? ¿Su verdad? Pero está agotada con tanta injusticia a su alrededor. Sabe que no hay mayor injusticia que la justicia y que con el poder económico no valen utopías. Sabe que este país está corrompido por los poderes políticos y económicos, donde el segundo maneja al primero y el primero le da todo su apoyo al segundo sin importarle las historias humanas. Sin importarles la verdad.
 
A ella no le duele el desgaste económico al que hoy ha puesto fin, a ella le duele el desgaste emocional (eso nadie se lo va a devolver). Es un dolor tan intenso que a la vez inexplicable, que le atraviesa no solo su parte emocional, también la racional. Con su rúbrica ha borrado sus derechos, no sólo judiciales sino también profesionales, por los que siempre ha luchado y defendido, por los que ha creído. No le duele el dinero que ha perdido. Le duele su dignidad que hoy ha perdido. Le duele la mentira y la maldad entre iguales. Le duele en lo que se está convirtiendo la especie humana.


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martes, 10 de septiembre de 2013

Érase una vez… la Sanidad Pública Española (II)

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Continuación post I. Nos quedamos en el post anterior a mediados de agosto cuando volvemos al médico de cabecera y nos jura y perjura la doctora que ella no tiene los resultados. Vuelta a empezar.

Llamo a Área de Diagnóstico Digestivo de la Unidad de Endoscopia Digestiva. Explico que los resultados de la prueba Helicobacter pylori han aparecido pero que ahora NO tenemos médico para que nos comunique. La chica que me atiende (no sé si enfermera, auxiliar o administrativa) me remite a consultas externas, pero antes me dice (por hacerme un favor): dile que te den la cita preferente porque los resultados son positivos y tu madre tiene que empezar un tratamiento.

Pues yo, que muy obediente que soy, llamo a consultas externas y empiezo otra vez con el rollo: bla, bla, bla. O no me explico muy bien o la señora un poco corta es o directamente pasa del tema (a lo largo del día tiene que atender decenas de llamadas con sus rollos e historias) me dice: “espera que se lo explique a mi compañera a ver que dice ella”. Tras explicárselo (a su manera, claro) varias veces, terminan por pasarme la llamada directamente a la consulta de Digestivo. Otra vez a empezar. Mismo rollo. Misma explicación.

Finalmente en la consulta de Digestivo me dicen que tengo que ir a mi médico de cabecera, que allí me dirán los resultados porque tienen acceso a ABUCASIS, sistema informático que conecta los centros y los sistemas de información de atención primaria y especializada de forma integral, alrededor de la historia clínica electrónica única del ciudadano. Esta enfermera me intenta tranquilizar diciendo que: “no se trata de nada grave, de vida o muerte, que no me preocupe si el tratamiento se retrasa”. Pues menos mal que no es nada de vida o muerte, porque si así fuera el plazo, seguro, ya se nos había pasado… 

La enfermera intentó excusarse en la falta de personal, que si las vacaciones, que si no reemplazaban el personal, que no daban abasto, que y que y que… “Y esto solo acaba de empezar, lo que queda por llegar”. Digo yo que esto último lo dijo de forma irónica, ya que llegar, poco va a llegar ya a la Sanidad Pública, más bien se va a esfumar o si hacemos un juego de palabras se va a fumar con puros cubanos en las sobremesas de los acuerdos con las empresas que se han adjudicado la privatización de nuestra Sanidad Pública.
  
Allá que vamos de nuevo al médico de cabecera. Estamos a 2 de septiembre. Han pasado ya 53 días, la prueba está hecha, los resultados encontrados, pero seguimos sin tener médico que nos atienda. Furiosa se muestra nuestra médico de cabecera tras decirle que nos han dicho que los resultados son positivos y que ella los podía haber visto en el ABUCASIS. Nos hace tratamiento para Helicobacter pylori, un tratamiento no grave pero sí lesivo (en cierto modo) para aparato digestivo y más aún en una persona mayor (67 años), por lo que le digo a la doctora: “¿Pero usted me asegura que los resultados son positivos?, ya que a mi me lo dijeron por teléfono y no tengo ningún informe...” Pues no, no me lo asegura y tras mi propuesta de que haga una interconsulta a Digestivo, lo hace y me dice que mi madre no empiece el tratamiento hasta que yo (es decir, otra paciente) vaya a revisión a mi Digestivo y le pregunte por el tema. Estupefacta salgo de la consulta y respiro hasta 10. No puedo creerme la justificación de mi doctora. Desde el 9 de julio que se llevó a cabo la prueba y que llamada tras llamada, consulta tras consulta, todavía nadie se haga cargo… continuará

¿Y si en lugar de ser la paciente mi madre hubiera sido mi padre, con una discapacidad del 100% (es ciego)? ¿Y si yo no hubiera estado para ayudarles y gestionarles las decenas de llamadas (aún sin concluir)? ¿Para que nos gastamos el dinero en pruebas médicas si dos meses después aún no nos han atendido?¿Es una nueva medida lo de 'marearte' de sitio a sitio para que optes por descartar ir al médico? Ya lo dijo aquel político japonés, hagan el favor de morirse ancianos que aquí ya sobra gente

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viernes, 30 de agosto de 2013

Érase una vez… la Sanidad Pública Española (I)




Si si, ÉRASE porque decir que en los tiempos que corren (y los que aún quedan por venir) tenemos Sanidad Pública es como decir -y encima pretender que sea creíble por el resto de españolitos- que los discos duros de los ordenadores de Bárcenas no servían para otro empleado y por eso fueron cambiados o directamente eliminados.

Señor@s, nos quedamos sin Sanidad Pública. Recortes, recortes y recortes (a ello sumemos las privatizaciones visibles y las encubiertas) que llevan a cabreos de los trabajadores de la Sanidad (que comprendo y comparto sus peticiones), pero que al fin y al cabo todos somos pacientes (seas o no empleado sanitario) y que los vamos a padecer todos por igual (a no ser que seas político y entonces la cosa cambia. Ver enlace a pie de página (1)  

Quería escribir un solo post con con mis últimos 'encontronazos' con la Sanidad Pública pero, y para no aburrirles a todos ustedes, tendrá que ser un serial: es que, ¡No me cabe todo en un post!





ENCONTRONAZO vs TOAMDURA DE PELO (I) 

Expongo los hechos. La historia empieza el 22 de mayo. Estaba en una revisión del Digestivo acompañada de mi madre, cuando mi doctora me preguntó si tenía antecedentes familiares de cáncer. Entonces mi madre dijo que sí (su hermana, mi tía, murió de cáncer). Mi doctora le aconsejó a mi madre que se hiciese el test del aliento para saber si tenía la bacteria Helicobacter pylori  (yo la tengo). Pues bien, seguimos las indicaciones y mi madre se lo dice a su médico de cabecera (entonces de vacaciones pero había sustituto, muy simpático él), hace la petición y se la realizan el 9 julio.

Empezamos con mal pie el día del test del aliento. Llegamos 10 minutos tarde y una señorita con bata blanca (perdonen mi desconocimiento, pero no sé si es enfermera o auxiliar de enfermería) nos vociferó: “llegan tarde y yo tengo muchas cosas que hacer”. Intenté decirle que “estaba aparcando y…” Pero me cortó en seco; no me dejó seguir.

A mi y a mi madre nos hicieron la prueba juntas (a mi me la repetían para ver si con el primer tratamiento la bacteria ya estaba ko). Es una prueba muy sencilla, tomas una pastillita y soplas por un tubito. La acción se repite varias veces durante una hora aproximadamente. Pues bien, con eso de los recortes (quiero pensar y que la memoria no me lleve a casos como el de Stephan Sette (2)) la enfermera/auxiliar va y se lleva dos vasos de plástico a una habitación contigua. Llena los vasos con agua del grifo (me lo imagino por el sonido que oigo de un grifo abierto) y regresa a la habitación donde estaba mi madre y yo. Entonces le digo: “¿Dónde se ha llevado los vasos? ¿Qué le ha echado?”. Recibo por respuesta y con tono elevado: “¿Te has levantado guerrera?” y respondo: “No. Simplemente quiero saber que es lo que usted ha echado a esos vasos porque somos nosotras las que tenemos que beberlo”. (y más con los antecedentes de ese hospital por problemática de legionella).

No sé si soy muy desconfiada (que sí, para que vamos a engañarnos) pero desde pequeñita me inculcaron (los padres de antes eran muy así) que: “No te bebas nada sin ver tú que te echan”. Hubiera bastado con que la señora/señorita me hubiera dicho: “nena, pues que con los recortes, pues que ya no tenemos ni para agua embotellada y ahora es con agua del grifo”. (3) Y entonces nos hubiéramos puesto a despotricar a este gobierno y sus recortes. Pero no, no fue así.

Al acabar la prueba nos dicen que en un par de semanas ya están los resultados y que acudamos, en mi caso al digestivo y en el de mi madre a su médico de cabecera para que le remita al especialista. Así lo hacemos. A principios de agosto acompaño a mi madre a su médico y ésta nos dice: “Muy mal Carmen. No se ha hecho la prueba de la helicobapter piroly”. Entonces le explico que nos la hicimos juntas, el día bla, bla, bla, bla... 

Y la solución que nos da la doctora: tomen la carta que ha llegado a la consulta en la que dice que usted (en referencia a mi madre) no ha acudido a hacerse la prueba y llamen al hospital. Oseasé, en pocas palabras: ¡Que se busque usted las castañas si quiere saber/encontrar que ha ocurrido con sus pruebas!

Ale. Pues como también me han enseñado desde pequeñita que no hay que rechistar a los mayores y hacer lo que dicen, durante tres días (si, tres días) intento localizar –vía teléfono- los resultados de la prueba de mi progenitora. No sé si la doctora pensaba que era Sherlock Holmes versión fémina (por eso de que he estudiado también Criminología, aunque nada tiene que ver), pero al final y tras pelearme no sé con cuánta gente del hospital, incluido también con Atención al Paciente (que poco tiene que ver el nombre con la realidad) resuelvo que: mi madre estaba citada el 8 de julio, pero como se cambió el día al 9 de julio (para que nos hicieran la prueba juntas) no se había eliminado la cita del día 8. Pero que los resultados ya estaban, que pidiésemos cita.

Imagínense ustedes el follón y gasto innecesario por no haber dado a la tecla eliminar: papel, sobre y sello para envío de carta al médico de familia diciendo que paciente “no presentada”, llamadas de teléfono, enfados varios (por mi parte, claro), idas y venidas al centro de salud, etc, etc. 

Ya estamos a mediados de agosto. Vamos de nuevo al médico de cabecera (ha pasado ya más de un mes). Le explico a la doctora el rollo del cambio del 8 al 9, bla, bla y bla.  Y nos dice que ella "NO" tiene los resultados, que no los puede ver. Qué llamemos de nuevo….. continuará (post II) 

PD: les prometo que he escrito estas líneas con Bethoven y Vivaldi de fondo para evitar 'despotricar' por esta boquita/deditos


(1)‘En la Sanidad Pública no todos somos iguales’, ver link: http://www.huffingtonpost.es/2013/08/27/sanidad-publica-no-todos-iguales_n_3817947.html?utm_hp_ref=spain
(2)Enfermero alemán que fue condenado a cadena perpetua en 2006 por ocasionar la muerte, mediante el suministro de mezclas letales de medicamentos, a 28 pacientes.
(3)Esta declaración es mía, vamos no real.

lunes, 26 de agosto de 2013

INCENDIOS Y PIRÓMANOS (I)

Durante todo el fin de semana pasado (24 y 25 de agosto) he estado recibiendo fotos que entristecen a cualquier persona, menos a los pirómanos: más de 2.100 hectáreas de vegetación calcinadas, casas rodeadas por las llamas, vecinos intentando apagar el fuego con ramas, bomberos, ejército (UME: Unidad Militar de Emergencias), nervios, temor, impotencia, desolación… Ha sido uno de los incendios más devastadores de Galicia (norte de España). Mi madre es de esa zona (Cualedro), y allí reside toda mi familia materna. Mi prima (Mª Elisa) tiene una granja de terneros y allí estuvo protegiendo su ganado mientras me retransmitía in situ lo que iba ocurriendo. Los tres incendios que rodearon varios municipios comenzaron a la vez en tres puntos diferentes, es decir tres focos distintos. Todo apunta (según han declarado los responsables políticos) que se debe a fuegos intencionados. Nada fortuito. (1)

¿Qué es un pirómano? ¿Qué es un incendiario? ¿Hay diferencias? ¿Cuáles son las motivaciones delictivas de la piromanía? En los siguientes post hablaré, desde un punto de vista criminológico, de cuáles son sus características, así como del perfil de un pirómano. Pero lo primero en lo que hay que hacer hincapié es en la diferencia entre un pirómano y un incendiario, ya que no es lo mismo aunque diariamente leamos en la prensa o escuchemos en la televisión o en la radio sólo el término de pirómano, aunque se trate de incendiarios. Su uso es incorrecto.

Un pirómano es una persona que padece piromanía, un trastorno que se caracteriza por el disfrute de provocar fuegos, así como de observar sus consecuencias. Quien los ocasiona tiene una enfermedad. Por el contrario, el incendiario es una persona que provoca un fuego de forma intencionada por algo y por tanto no disfruta al ver las llamas ni sufre una enfermedad.

Recuerdo cuando era pequeña, durante las vacaciones de verano, allí (donde ahora solo quedan cenizas en el recuerdo de bosques frondosos y verdes) se originaban pequeños incendios y todo el pueblo (hablamos de pequeñas aldeas, con 100/200 habitantes) iban/íbamos a sofocar las llamas. Este fin de semana ha ocurrido lo mismo y los vecinos (incluso de pueblos aledaños) han sido los primeros en enfrentarse al fuego para proteger sus casas y sus ganados. Galicia es una zona en la que todos los veranos se registran multitud de incendios, incluso en una misma semana puede tener activos hasta 150 de forma simultánea, como ha ocurrido esta semana en la provincia de Ourense, la zona más afectada de Galicia. Desde que comenzó el año hasta el 19 de agosto de 2013, los datos oficiales contabilizaban un total de 1.300 incendios (la mayoría de ellos conatos) en Galicia.

¿Qué impulsa a un ser humano a actuar así con relación a nuestros deseos y motivaciones? Desde siempre se han estudiado los procesos motivacionales para poder comprender un poco mejor a nosotros mismos; comprender nuestras reacciones, nuestros deseos, comportamientos, justificaciones y pensamientos. Siguiendo esa línea, se ha aprendido que hay múltiples y diferentes causas que empujan a una persona a actuar o a dejar de hacerlo. Son las motivaciones reguladoras de la conducta (2).

La piromanía es un trastorno mental relacionado con la falta de control de impulsos. Según el DSM-IV-TR debe cumplir los requisitos siguientes (3)
  • Provocación deliberada e intencionada de un incendio en más de una ocasión: una característica del perfil estará basada en la historia incendiaria del individuo, posiblemente ascendente debido a su naturaleza.
  • Tensión o activación emocional antes del acto: difícil de perfilar, ya que esta activación puede cursar con muchas otras cosas.
  • Fascinación, interés, curiosidad o atracción por el fuego y su contexto situacional: así será un individuo asiduo a escenarios de incendios, posiblemente visto por los servicios forestales o de bomberos de la zona de residencia, es probable que no viva en zonas urbanas por la dificultad de ver los incendios.
  • Bienestar, gratificación o liberación cuando se inicia el fuego o cuando se observa o se participa en sus consecuencias: será un individuo que se aproxime a los incendios, que se comporte de forma extraña e incluso de forma excesivamente valiente y osada, haciéndose pasar por un voluntario o ayudante de forma falsa, ya que su única intención es poder verlo desde primera fila. Los sentimientos de gratificación serán difícilmente objetivables a no ser que los anuncie por sí mismo o se le capte in fraganti en el estado eufórico.

En el caso de los pirómanos, el fuego NO se provoca ni por móviles económico, ni como expresión de una ideología socio-política, ni para ocultar una actividad criminal ni para expresar cólera o venganza, para mejorar las propias circunstancias de la vida, o en respuesta a una idea delirante o alucinación o como resultado de una alteración de juicio, por ejemplo una demencia un retraso omental o una intoxicación por sustancias. Estas    características sí que se podrían dar en los incendiarios, pero NO en los pirómanos.

La provocación de un incendio no se explica por la presencia de un trastorno disocial, un episodio maníaco o un trastorno antisocial de la personalidad. Este punto, y según Elena Garrido Gaitán, es interesante para determinar una posible intencionalidad que anularía dicho diagnóstico.

Nota aclaratoria: la fotografía que acompaña este post es real. Se trata del incendio ocurrido el 24 de agosto en Cualedro, concretamente en el término de San Martiño (foto de  M. Feijóo) 

Les recordamos que la segunda parte del post se publicará a las 15.00 horas (México) y 00.00 horas (España). Se hablará del perfil del pirómano, así como de las estadísticas de incendios y sus consecuencias


(2) Psicología Criminal, coordinadores: M.A. Soria Verde y D. Sáiz Roca
(3) Ídem (1). ‘ Decisión individual del delincuente y motivación delictiva’, por Elena Garrido Aitán (psicóloga y perito forense)

INCENDIOS Y PIRÓMANOS (II)



Las características de la personalidad de los pirómanos están relacionados con su motivación delictiva y su objetivo final: el fuego. Para Elena Garrido, son personas vigilantes regulares del fuego de sus vecindarios, pueden provocar falsas alarmas, pueden ser apreciados por las instituciones, el equipo y el personal asociado con la extinción de incendios o pueden pasar tiempo en el departamento de bomberos, convertirse en bomberos voluntarios e incluso provocar incendios para relacionarse con los miembros de dicho cuerpo.

El pasado 2 de agosto se detuvo a un joven agente de la Guardia Civil por provocar 19 incendios forestales en Madrid (capital de España) en apenas dos semanas. Fueron sus propios compañeros de cuartel los que sospecharon de él al ver que actuaba de una forma extraña. Aprovechaba sus días libres para salir al monte, amontonar hojas y prenderles fuego. Cuando fue detenido, confesó su autoría y declaró que tenía  “un impulso irrefrenable de hacer fuego ya desde pequeño”.
 
El pirómano hace exhaustivos preparativos antes del incendio (característica que chocaría con la impulsividad del trastorno). Presentan una total indiferencia ante las consecuencias del fuego sobre la vida humana, propiedad o bien. Obtienen satisfacción ante dicha destrucción y pueden llegar al punto de atentar contra la propiedad y las personas sin valorar dichos actos. Para Garrido, pueden tener una historia de evolución con incidentes pirómanos, con inicio en la infancia, bien sea ascendente o descendente.

 ¿Cuál sería el perfil de un pirómano? Además de todas las características expuestas anteriormente y en el post I, otras de las características serían:
  • Conocen las motivaciones exactas para la comisión del delito: no hay evasión de datos ante la justicia, aunque no los especifiquen o los relaten.
  • Suelen tener un cociente intelectual inferior a la media, sin llegar al retraso mental (en este caso se invalidaría el diagnóstico clínico).
  • Es más frecuente en varones.
  • Suelen tener historias de falsas alarmas, simplemente por ver cómo se pone en marcha el dispositivo.
  • Interés por herramientas y materiales característicos de la extinción de incendios
  • Es más frecuente la conducta incendiaria en otros trastornos psiquiátricos que en la conducta pirómana
  • Puede estar asociado al alcoholismo y a actos delictivos de otro tipo, como la falta de control de impulsos
  • Relación con alteraciones médicas: hipoglucemia, déficit de serotonina (5HT) y disfunciones del lóbulo frontal.

Para T. Toutin existen cuatro tipos de perfiles criminales (I.-Violencia física grave; II.-Violencia sexual; III.-Destrucción de bienes; IV.-Violencia Moral). Los pirómanos estarían englobados en el perfil III. El perfil que hace, según las diferentes variables sería:
  • Edad y sexo: varia entre los 20 y 60 años. Mayor incidencia en varones. Las mujeres serían minoría pero en caso de hacerlo estaría relacionado con el vandalismo.
  • Socialización y familia. Inestable emocionalmente e impulsivo. Sufre problemas económicos, independientemente de la clase social, lo que hace que aumente su motivación delictiva
  • Inteligencia. Media o baja, pero es listo en general
  • Personalidad. Trastorno antisocial. Rasgos generales: egocéntrico, impulsivo, manipulador, oportunista, susceptible, no se siente ansioso, ni culpable de sus actos, aún menos remordimientos. Lo que busca son sensaciones y riegos.
  • Suelen existir antecedentes judiciales o psiquiátricos
  • Presenta aspectos psicopatológicos colaterales, como psicosis paranoide, esquizofrénicas o demencias orgánicas.
Las estadísticas oficiales hechas públicas recientemente son más que preocupantes para que la Administración lleve a cabo una política criminológica adecuada y urgente y es que la mano del hombre está detrás del 96% de los siniestros forestales que se registran en España y del 60% de la superficie quemada. De ellos, un 23% se deben a descuidos y el 55% son provocados. Solo en el mes de julio se produjeron la mitad de los 4.414 fuegos registrados en el primer semestre de 2013, frente a los 7.950 de media del periodo 2002-2012 (datos a fecha del 10 de agosto hechos públicos por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente).


Lo ocurrido en Ourense el pasado fin de semana (24 y 25 de agosto) es una tragedia medioambiental: a partir de 500 hectáreas se considera un incendio de calificación grave; en apenas 24 horas en aquélla zona se quemaron más de 2.100 hectáreas. Una hectárea equivale a un campo de fútbol. Demasiada naturaleza calcinada.

Según los datos que dispone el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) –principal organización para la conservación del medioambiente- solo se identifica un 9% de los causantes. Para la WWF, la única manera de prevenir el fuego es aplicar “castigos ejemplares, mayor investigación y la aplicación de las condenas del Código Penal”, considera Diana Colomina, coordinadora de restauración forestal de WWF (1). Pero desde una perspectiva criminológica, el castigo no es la solución a la piromanía. Es necesario una política de prevención y concienciación, la investigación y las causas del por qué y el cómo. Un endurecimiento en el castigo no va a evitar, nunca, que el 55% de los incendios dejen de ser provocados.


Nota aclaratoria: la fotografía que acompaña este post es real. Se trata del incendio ocurrido el 24 de agosto en Cualedro, concretamente en el término de San Martiño (foto de  M. Feijóo) 

enlace post I: INCENDIOS Y PIRÓMANOS (I) 


(1) Declaraciones realizadas al periódico El País (11 de agosto 2013)

jueves, 22 de agosto de 2013

Cómo informar desinformando. Cómo denigrar el PERIODISMO







Hoy estoy muy enfadada. MUCHO. Por dos razones: la primera por la falta de respecto a las personas; y la segunda, por la falta de respeto a mi profesión (a la que me dedico desde hace más de 12 años).

Me gustaría hablarles del tratamiento informativo de algunas noticias especialmente sensibles y que se ofrecen en webs que se hacen pasar por medios de comunicación. Lo primero de todo, los miembros de esas páginas webs deberían desempolvar sus apuntes (en el caso de ser periodistas, que lo dudo) de una de las asignaturas esenciales en la licenciatura de Periodismo: Ética y Deontología Periodística.

Les explico. Esta mañana (22 de agosto) me han llegado tres whatsApp diferentes con un enlace que llevaba a este titular (pantallazo que aparece en la fotografía superior): ÚLTIMA HORA ‘Intento de suicidio de una conocida persona de la localidad’. (No voy a analizar el contenido del texto porque parece más un parte policial que un texto periodístico en el que estén las 6 W's, y sí por mi formación he visto partes policiales y sé de qué hablo).

¿Qué información es esa? Cualquier periodista, aunque sea estudiante y esté en primero de carrera, sabe que los suicidios NO se publican. Me gustaría recordarles a los Administradores de esta web (no medio informativo) que los libros de Estilo y Códigos Deontológicos de los medios de comunicación (1) señalan que “el periodista deberá ser especialmente prudente con las informaciones relativas a suicidios (2). Si ya lo debe de ser con un acto suicida consumado, aún más con una tentativa de suicidio. ¿Qué aporta esta información? Nada. Es más, su publicación es negativa para la víctima directa (victimización doble) y también para las víctimas indirectas (familiares y amigos) que sufrirán una victimización secundaria.

No es la primera vez que esta web (perdóneme pero no voy a calificarla de medio de comunicación porque no lo es) publica informaciones de este tipo. No hace muchos meses acudí a una vivienda porque había un aviso policial de un herido. Aún no había aparcado el coche cuando me comunicaron que se trataba de un suicidio. Arranqué y volví a la redacción. Pues bien, semanas después me entero que familiares de la víctima estaban ‘enfadados’ conmigo por la publicación de los hechos (casi con pelos y señales de cómo había sido el dramático suceso). Les expliqué que yo no había escrito nada sobre ello, que no trabajaba para ese sitio y que nunca, en ninguna de las empresas periodísticas por las que he pasado durante estos 12 años (Las Provincias, Qué, Onda Blanca, TVE-Mediapro, Canal Nou o Escaparate, entre otros) he escrito sobre dichos temas.

Me gustaría recordarles a los miembros de esta web, que no tengo el gusto de conocerles (a pesar de que se trata de una web que edita/sube/pone/transcribe/copia noticias de Ibi- lugar donde yo ejerzo mi profesión en la actualidad) que no se informa sobre los suicidios (menos aún de las tentativas) por varias razones: en primer lugar, porque no siempre la apariencia coincide con la realidad; y también porque varios estudios psicológicos han comprobado que estas noticias incitan a quitarse la vida a personas que ya eran propensas al suicidio y que sienten en ese momento un estímulo de imitación.

Existen dos excepciones para informar de suicidos: cuando se trate de personas de relevancia (por ejemplo en el caso Kurt Cobain, vocalista y guitarrista de Nirvana) o supongan un hecho social de interés general (en la actualidad , y desgraciadamente, demasiados casos en los que se comunican casos en los que personas que iban a ser desahuciadas han acabado con su vida).

Me gustaría recordarles también a los miembros de esta web que no denigren la profesión, que ya está bastante dañada, y que cumplan su función como periodistas (en el caso de que lo sean, sabrán que han errado en mayúsculas). Me gustaría recordarles a los miembros de esta web que el periodista necesita una preparación adecuada (al igual que lo necesita un médico, un abogado, un arquitecto, etc, etc, etc) que cualquiera no es periodista aunque crea que sabe escribir: en mi época pasábamos 5 años en la Universidad para aprender no sólo los géneros periodísticos sino también diferentes materias como Derecho, Literatura, Historia, Política, etc. Muchos de nosotros nos hemos especializado en otras materias (en mi caso estudié también la licenciatura de Criminología para poder informar y comprender e intentar no errar en las informaciones sobre Tribunales  y Sucesos). Y ya que estamos, pues me gustaría decirles a los miembros de esta web que los periodistas nos solemos reunir a tomarnos unas cervecillas mientras hacemos ‘guardias’ e intentamos arreglar este mundo tan peculiar como es el de los periodistas… Cómo no os conozco os invito a esas ‘cerves’.

Y sí, hoy estoy muy enfadada porque los que me conocen saben dos cosas de mi; una, que soy extremadamente cuidadosa con mi trabajo, sencillamente porque creo en lo que hago y amo en lo que creo; y dos, porque estos 12 años de profesión nadie me los ha regalado y no voy a permitir que me ‘toquen (más) las pelotas’.


(1) El código deontológico del periodista y de los medios de comunicación son documentos que recopilan los fundamentos generales que regulan el comportamiento de los informadores. El contenido de estos códigos tienen como objetivo mejorar el tratamiento informativo de algunas de las cuestiones sociales de mayor actualidad.

(2) Libro de estilo del periódico El País, uno de los periódicos con más historia de España.