domingo, 20 de octubre de 2013

Y sí... siempre quise ser corresponsal de guerra



 Rabasa (Alicante, 2009)
 Rabasa (Alicante, 2009)
















Recuerdo la primera vez que entré en un cuartel militar. Tras varias peticiones oficiales (y alguna negación) y entrevistas previas con altos cargos militares, entré en los entresijos del MOE (Mando de Operaciones Especiales del Ejército español) (1). Comprobé in situ el trabajo de los conocidos como ‘boinas verdes’: experiencia, compromiso, lealtad, creencia y pasión por su trabajo. Fue hace algo más de 4 años y entonces, aquel día (subida en un todoterreno sanitario-militar) me vino a la mente aquella imagen del instituto (estaba en COU, ahora 2º de Bachiller) cuando dos periodistas vinieron a clase a darnos una charla sobre Periodismo. Preguntaron: “¿A quién le gustaría ser periodista de guerra?”. Solo se levantó una mano, la mía. Todas las miradas se dirigieron hacia mi. Entonces hubo risas.

Y sí. Siempre quise ser corresponsal de guerra (aunque cada vez que mi madre escucha esas palabras me mira con la misma cara, la de susto), pero cosas de la vida mi andadura profesional ha ido por otros lares. Y no sé si ha sido mejor, porque la figura del corresponsal de guerra está en peligro de extinción. Apenas existe ya, por lo menos en la prensa española; ni tan siquiera ya los enviados especiales a zonas de conflicto. Sobreviven los freelance, los que arriesgan su vida para informar a un país sobre los conflictos que existen. Se ha dicho que por una crónica cobran 50 euros. ¿Cómo se puede cobrar 50 euros por uno de los trabajos más peligrosos y amados a la vez?

Hace unos días asistí a la jornada práctica de Comunicación en Operaciones Militares OTAN del IV Curso de ‘Prensa, Seguridad y Defensa’, impartido por el Instituto de Estudios Estratégicos e Internacionalesde la UCV (Universidad Católica de Valencia) y por la OTAN. Un mini-curso de formación pero que a una le sirve para quitarse el gusanillo ese que aún lleva dentro. Los soldados defienden un país y los periodistas tenemos que informar y para informar primero tenemos que saber y conocer y el mundo militar es muy complejo (y la OTAN aún más, sobre todo su estructura).

A veces pensamos que los militares son solo eso, soldados que se entrenan y se van a una guerra a disparar. NO. Grave error. ¿Qué es la OTAN? Los miembros de la OTAN son expertos militares, con una carrera excepcional, altamente cualificados y con unos conocimientos exquisitos. Organización del Tratado del Atlántico Norte son las siglas de la OTAN, formada por 28 estados miembros (Europa y Norteamérica), además de otros 22 países colaboradores dentro de programas de Paz y otros 15 países involucrados en programas de diálogo.

Según la página web oficial de la OTAN, su objetivo es salvaguardar la libertad y la seguridad de sus miembros por medios políticos (promueve los valores democráticos y alienta la consulta y la cooperación en temas de defensa y seguridad para generar confianza y, a la larga, prevenir los conflictos) y militares (la OTAN se ha comprometido a la solución pacífica de las controversias. Si fracasan los esfuerzos diplomáticos, tiene la capacidad militar necesaria para llevar a cabo la gestión de crisis en operaciones. Estas se llevan a cabo bajo el artículo 5 del Tratado de Washington - el tratado fundacional de la OTAN - o bajo mandato de la ONU, solo o en cooperación con otros países y organizaciones internacionales).

La parte práctica del curso se impartió en la base Jaime I HQ-NRDC-SP OTAN-Bétera (Valencia, España). Nada más llegar nos pusieron chalecos y cascos que utilizan en sus misiones y para que veáis lo quejicas que llegamos a ser los periodistas, una hora después ya estábamos pidiendo que si nos los podíamos quitar. Unos 20 kilos de peso cada uno y eso que solo llevaban una placa (la sencilla). Hicimos un simulacro de rueda de prensa en zona de conflicto bélico (dos países imaginarios: Opalo y Coral; el primero una república democrática parlamentaria, el segundo un país con poderes absolutos y con apoyo al grupo terrorista CUF) y les prometo que por segundos (no sé si por el contexto y por la vestimenta, todo militar) traspasé la línea de la ficción y creí estar de verdad en un puesto de mando, dónde a escasos metros se escuchaban disparos. Y sí, ese gusanillo de la adolescencia volvió a resurgir.


Galería de imágenes: (Bétera, 16 octubre 2013)






 




noticias relacionadas:
  • reportaje papel: Operación machete 2011: El pantano de Tibi, escenario bélico
  • vídeo: pincha aquí






[1] Fui la primera, eso me recuerdan, que ‘abrí’ las puertas del MOE a la prensa alicantina. Y me siento orgullosa, no solo por la amistad con algunos cargos militares, sino por abrirle el camino a mis compañeros de la prensa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario