Rabasa (Alicante, 2009)
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Rabasa (Alicante, 2009)
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Recuerdo la primera vez que entré en un cuartel militar. Tras varias peticiones oficiales (y alguna negación) y entrevistas previas con altos cargos militares, entré en los entresijos del MOE (Mando de Operaciones Especiales del Ejército español) (1). Comprobé in situ el trabajo de los conocidos como ‘boinas verdes’: experiencia, compromiso, lealtad, creencia y pasión por su trabajo. Fue hace algo más de 4 años y entonces, aquel día (subida en un todoterreno sanitario-militar) me vino a la mente aquella imagen del instituto (estaba en COU, ahora 2º de Bachiller) cuando dos periodistas vinieron a clase a darnos una charla sobre Periodismo. Preguntaron: “¿A quién le gustaría ser periodista de guerra?”. Solo se levantó una mano, la mía. Todas las miradas se dirigieron hacia mi. Entonces hubo risas.
Y sí. Siempre quise ser corresponsal de guerra (aunque cada
vez que mi madre escucha esas palabras me mira con la misma cara, la de susto),
pero cosas de la vida mi andadura profesional ha ido por otros lares. Y no sé
si ha sido mejor, porque la figura del corresponsal de guerra está en peligro
de extinción. Apenas existe ya, por lo menos en la prensa española; ni tan
siquiera ya los enviados especiales a zonas de conflicto. Sobreviven los freelance, los que arriesgan su vida
para informar a un país sobre los conflictos que existen. Se ha dicho que por una
crónica cobran 50 euros. ¿Cómo se puede cobrar 50 euros por uno de los trabajos más peligrosos y amados a la vez?
Hace unos días asistí a la jornada práctica de Comunicación en Operaciones Militares OTAN del IV Curso de ‘Prensa, Seguridad y
Defensa’, impartido por el Instituto de Estudios Estratégicos e Internacionalesde la UCV (Universidad Católica de Valencia) y por la OTAN. Un mini-curso de
formación pero que a una le sirve para quitarse el gusanillo ese que aún lleva
dentro. Los soldados defienden un país y los periodistas tenemos que informar y
para informar primero tenemos que saber y conocer y el mundo militar es muy
complejo (y la OTAN aún más, sobre todo su estructura).
A veces pensamos que los militares son solo eso, soldados
que se entrenan y se van a una guerra a disparar. NO. Grave error. ¿Qué es la
OTAN? Los miembros de la OTAN son expertos militares, con una carrera
excepcional, altamente cualificados y con unos conocimientos exquisitos.
Organización del Tratado del Atlántico Norte son las siglas de la OTAN, formada
por 28 estados miembros (Europa y Norteamérica), además de otros 22 países
colaboradores dentro de programas de Paz y otros 15 países involucrados en
programas de diálogo.
Según la página web oficial de la OTAN, su objetivo es
salvaguardar la libertad y la seguridad de sus miembros por medios políticos (promueve los valores democráticos y
alienta la consulta y la cooperación en temas de defensa y seguridad para
generar confianza y, a la larga, prevenir los conflictos) y militares (la
OTAN se ha comprometido a la solución pacífica de las controversias. Si fracasan los esfuerzos
diplomáticos, tiene la capacidad militar necesaria para llevar a cabo la
gestión de crisis en operaciones. Estas se
llevan a cabo bajo el artículo 5 del Tratado de Washington - el tratado
fundacional de la OTAN - o bajo mandato de la ONU, solo o en cooperación con
otros países y organizaciones internacionales).
La parte práctica del curso se impartió en la base Jaime I
HQ-NRDC-SP OTAN-Bétera (Valencia, España). Nada más llegar nos pusieron chalecos y cascos que utilizan en sus misiones y para que veáis lo quejicas que llegamos a ser los
periodistas, una hora después ya estábamos pidiendo que si nos los podíamos
quitar. Unos 20 kilos de peso cada uno y eso que solo llevaban una placa (la
sencilla). Hicimos un simulacro de rueda de prensa en zona de conflicto bélico
(dos países imaginarios: Opalo y Coral; el primero una república democrática
parlamentaria, el segundo un país con poderes absolutos y con apoyo al grupo
terrorista CUF) y les prometo que por segundos (no sé si por el contexto y por
la vestimenta, todo militar) traspasé la línea de la ficción y creí estar de
verdad en un puesto de mando, dónde a escasos metros se escuchaban disparos. Y sí, ese gusanillo
de la adolescencia volvió a resurgir.
Galería de imágenes: (Bétera, 16 octubre 2013)
noticias relacionadas:
- reportaje papel: Operación machete 2011: El pantano de Tibi, escenario bélico
- vídeo: pincha aquí
[1] Fui la primera, eso me
recuerdan, que ‘abrí’ las puertas del MOE a la prensa alicantina. Y me siento
orgullosa, no solo por la amistad con algunos cargos militares, sino por
abrirle el camino a mis compañeros de la prensa.