lunes, 26 de agosto de 2013

INCENDIOS Y PIRÓMANOS (I)

Durante todo el fin de semana pasado (24 y 25 de agosto) he estado recibiendo fotos que entristecen a cualquier persona, menos a los pirómanos: más de 2.100 hectáreas de vegetación calcinadas, casas rodeadas por las llamas, vecinos intentando apagar el fuego con ramas, bomberos, ejército (UME: Unidad Militar de Emergencias), nervios, temor, impotencia, desolación… Ha sido uno de los incendios más devastadores de Galicia (norte de España). Mi madre es de esa zona (Cualedro), y allí reside toda mi familia materna. Mi prima (Mª Elisa) tiene una granja de terneros y allí estuvo protegiendo su ganado mientras me retransmitía in situ lo que iba ocurriendo. Los tres incendios que rodearon varios municipios comenzaron a la vez en tres puntos diferentes, es decir tres focos distintos. Todo apunta (según han declarado los responsables políticos) que se debe a fuegos intencionados. Nada fortuito. (1)

¿Qué es un pirómano? ¿Qué es un incendiario? ¿Hay diferencias? ¿Cuáles son las motivaciones delictivas de la piromanía? En los siguientes post hablaré, desde un punto de vista criminológico, de cuáles son sus características, así como del perfil de un pirómano. Pero lo primero en lo que hay que hacer hincapié es en la diferencia entre un pirómano y un incendiario, ya que no es lo mismo aunque diariamente leamos en la prensa o escuchemos en la televisión o en la radio sólo el término de pirómano, aunque se trate de incendiarios. Su uso es incorrecto.

Un pirómano es una persona que padece piromanía, un trastorno que se caracteriza por el disfrute de provocar fuegos, así como de observar sus consecuencias. Quien los ocasiona tiene una enfermedad. Por el contrario, el incendiario es una persona que provoca un fuego de forma intencionada por algo y por tanto no disfruta al ver las llamas ni sufre una enfermedad.

Recuerdo cuando era pequeña, durante las vacaciones de verano, allí (donde ahora solo quedan cenizas en el recuerdo de bosques frondosos y verdes) se originaban pequeños incendios y todo el pueblo (hablamos de pequeñas aldeas, con 100/200 habitantes) iban/íbamos a sofocar las llamas. Este fin de semana ha ocurrido lo mismo y los vecinos (incluso de pueblos aledaños) han sido los primeros en enfrentarse al fuego para proteger sus casas y sus ganados. Galicia es una zona en la que todos los veranos se registran multitud de incendios, incluso en una misma semana puede tener activos hasta 150 de forma simultánea, como ha ocurrido esta semana en la provincia de Ourense, la zona más afectada de Galicia. Desde que comenzó el año hasta el 19 de agosto de 2013, los datos oficiales contabilizaban un total de 1.300 incendios (la mayoría de ellos conatos) en Galicia.

¿Qué impulsa a un ser humano a actuar así con relación a nuestros deseos y motivaciones? Desde siempre se han estudiado los procesos motivacionales para poder comprender un poco mejor a nosotros mismos; comprender nuestras reacciones, nuestros deseos, comportamientos, justificaciones y pensamientos. Siguiendo esa línea, se ha aprendido que hay múltiples y diferentes causas que empujan a una persona a actuar o a dejar de hacerlo. Son las motivaciones reguladoras de la conducta (2).

La piromanía es un trastorno mental relacionado con la falta de control de impulsos. Según el DSM-IV-TR debe cumplir los requisitos siguientes (3)
  • Provocación deliberada e intencionada de un incendio en más de una ocasión: una característica del perfil estará basada en la historia incendiaria del individuo, posiblemente ascendente debido a su naturaleza.
  • Tensión o activación emocional antes del acto: difícil de perfilar, ya que esta activación puede cursar con muchas otras cosas.
  • Fascinación, interés, curiosidad o atracción por el fuego y su contexto situacional: así será un individuo asiduo a escenarios de incendios, posiblemente visto por los servicios forestales o de bomberos de la zona de residencia, es probable que no viva en zonas urbanas por la dificultad de ver los incendios.
  • Bienestar, gratificación o liberación cuando se inicia el fuego o cuando se observa o se participa en sus consecuencias: será un individuo que se aproxime a los incendios, que se comporte de forma extraña e incluso de forma excesivamente valiente y osada, haciéndose pasar por un voluntario o ayudante de forma falsa, ya que su única intención es poder verlo desde primera fila. Los sentimientos de gratificación serán difícilmente objetivables a no ser que los anuncie por sí mismo o se le capte in fraganti en el estado eufórico.

En el caso de los pirómanos, el fuego NO se provoca ni por móviles económico, ni como expresión de una ideología socio-política, ni para ocultar una actividad criminal ni para expresar cólera o venganza, para mejorar las propias circunstancias de la vida, o en respuesta a una idea delirante o alucinación o como resultado de una alteración de juicio, por ejemplo una demencia un retraso omental o una intoxicación por sustancias. Estas    características sí que se podrían dar en los incendiarios, pero NO en los pirómanos.

La provocación de un incendio no se explica por la presencia de un trastorno disocial, un episodio maníaco o un trastorno antisocial de la personalidad. Este punto, y según Elena Garrido Gaitán, es interesante para determinar una posible intencionalidad que anularía dicho diagnóstico.

Nota aclaratoria: la fotografía que acompaña este post es real. Se trata del incendio ocurrido el 24 de agosto en Cualedro, concretamente en el término de San Martiño (foto de  M. Feijóo) 

Les recordamos que la segunda parte del post se publicará a las 15.00 horas (México) y 00.00 horas (España). Se hablará del perfil del pirómano, así como de las estadísticas de incendios y sus consecuencias


(2) Psicología Criminal, coordinadores: M.A. Soria Verde y D. Sáiz Roca
(3) Ídem (1). ‘ Decisión individual del delincuente y motivación delictiva’, por Elena Garrido Aitán (psicóloga y perito forense)

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