martes, 14 de mayo de 2013

CUANDO LA MENTE SE CONVIERTE EN SANGRE (I)


Hace unos días leía un artículo que comenzaba así: cuando de maldad se trata, el ser humano es capaz de lo más miserable y espantoso del repertorio de conductas que podemos encontrar en la naturaleza” 1(*). Entonces me vino a la memoria una frase que dijo un profesor en mis primeras clases de Criminología en la Universidad: “todos llevamos un asesino dentro, no lo alimentéis para que salga fuera”. Esas palabras me aterrorizaron nada más escucharlas, a pesar de que ya llevaba algunos años cubriendo la sección de Sucesos y Tribunales de diferentes medios de comunicación españoles y había estado en más de una situación desagradable. 
¿Realmente llevamos todos un asesino dentro? Me sigue aterrorizando pensar que pueda ser cierto, aunque solo se tratase de un porcentaje mínimo en la sociedad. Alberto Gil del Toro, un vecino de Valencia de 65 años y sin antecedentes (viudo y padre de cuatro hijos, tenía graves problemas con el alcohol), acabó con la vida de dos sus amigos el pasado 10 de mayo. Con ellos compartía horas y horas en el bar de enfrente de su casa. Durante una discusión, el presunto homicida (ya en prisión por dos presuntos delitos de homicidio tras prestar declaración ante el juez) le espetó a sus ‘colegas’ que iba a ir a su casa a por la escopeta y les iba a pegar un tiro. Dicho y hecho. Así fue. A sangre fría. 2(*) Pero, ¿qué pasa por la mente de una persona para acabar con la vida de dos amigos? La mente puede llegar a ser traicionera, irracional. La mente es tan complicada que cuando ‘algo’ no funciona dentro de lo que consideramos ‘normalizado’ no se puede ofrecer una medicación para su curación igual de rápido que si se tratase de una enfermedad física. El doble homicida le dijo al juez que: "Los maté por burlarse de mí".
Entonces, ¿podríamos hablar de la teoría de la Frustración en el caso del jubilado Alberto Gil? Podría ser. Para Agnew o Merton, cuando los individuos experimentan problemas como el fracaso social, la pérdida de cosas positivamente valoradas, el abuso o la extrema po­breza, teóricamente buscan alivio o se enfurecen. La conducta criminal es uno de los vehículos para aliviar semejante angustia o para expre­sar la emoción ligada a ésta 3(*). Las teorías de la frustración utilizan como término clave los estresores: el estrés provoca una presión en la persona y el intento por reducirla puede llevar a la violencia contra la fuente del estrés. La violencia es aquel intento, amenaza o uso de la fuerza física con el propósito de infligir daño físico o psicológico en otra persona. 
La pregunta que se hacen ahora muchos expertos de la psicología es si el estrés social provocado por la crisis económica va a llevar a un repunte de la violencia en personas normalizadas sin ningún episodio violento y sin haber nunca infringido la ley. Las urgencias hospitalarias han visto incrementadas los ingresos de personas que están sufriendo brotes psicóticos (explicado a grandes rasgos podría definirse como una ruptura de la realidad de forma temporal y que cursa con ideas delirantes y alucinaciones, generando alteraciones en el comportamiento y en la afectividad). Según algunos estudios, el 10% de los brotes psicóticos acaban en episodios violentos.

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1(*) El Depredador más cruel, artículo publicado en el diario El Mundo (11 mayo 2013). La información se refería al caso de Cleveland: tres jóvenes secuestradas durante 10 años y en el que han sufrido todo tipo de vejaciones físicas y psicológicas.

2(*) Les recomiendo que lean la crónica del suceso, publicada en el diario Las Provincias  (http://www.lasprovincias.es/v/20130511/sucesos/jubilado-ebrio-mata-personas-20130511.html)

3(*) Los Desarrollos teóricos de la Criminología. Charles R. TITTLE, Catedrático de Sociología de la Universidad del Estado del Norte de Carolina

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