martes, 9 de julio de 2013

¿EDUCAR EN VALORES PARA DISMINUIR LA DELINCUENCIA JUVENIL? (I)




Estaba una señora limpiando los cristales de un establecimiento cuando un niño se acercó y escupió. La señora le dijo al pequeño “que eso no se hacía”, el pequeño la miró y su madre le espetó a la señora “usted no le regañe a mi hijo”. El niño (ni tampoco el adulto) pidieron disculpas.

Mucho se habla de educación en tiempos de crisis. Hace unos días leía el post del juez Calatayud ‘Un chaval que nunca se separa de su carpeta' (1) Les explico, el juez Emilio Calatayud es conocido en España por sus sentencias ‘ejemplares’, basadas en la educación más que en el mero castigo; algunos ejemplos de sus sentencias son: condena a impartir 1.000 horas de clases de informática a estudiantes por crackear archivos a varias empresas; 100 horas de servicios a la comunidad patrullando junto a la policía local por conducir temerariamente y sin licencia: 50 horas dibujando un cómic contando la causa por la que le habían condenando; visitas a la planta de traumatología de un centro hospitalario por conducir un ciclomotor sin seguro de circulación o visitar durante una jornada completa a parapléjicos, hablar con ellos y sus familias para elaborar una redacción.

El post en cuestión hace una breve reflexión sobre jóvenes en centros de internamiento de menores (la mayoría con trastornos mentales debido al consumo de estupefacientes desde edades muy tempranas) y lo que puede suceder con los adolescentes cuando terminen de cumplir su pena y tengan que enfrentarse a la vida real, fuera de esas paredes donde están ‘protegidos’ tanto por especialistas como por el control de la medicación que toman a diario. ¿Qué ocurrirá cuando salgan a la calle y ya no tengan ese control y protección?

Pero ha sido el comentario de un usuario el que me ha llevado a escribir este post. Dicho comentario dice: “(..) para un niño puede haber cosas más interesantes que aprender el teorema de Pitágoras, como pueden ser, según la edad, freír un huevo sin quemarse, alimentarse correctamente o conocer los peligros y consecuencias de las drogas. El teorema va a estar siempre en los libros de matemáticas y se puede repasar cuando se olvida, igual que se olvida dónde queda Sebastopol en el mapamundi, pero para eso están los libros, para buscar lo que no se sabe o no se recuerda. Pero aprender de memoria todos los códigos de Derecho, hoy es absurdo pues la memoria la tiene el ordenador y, si se queda pequeña, se le meten discos. Lo que hay que aprender es primero, lo que no está en los libros, y segundo, cómo usar los libros. Estos son, (deberían serlo), herramientas para usar cuando se precisan. Me refiero a libros de texto, no a novelas o tebeos”.

Actualmente existe una preocupación en la sociedad ante cualquier expresión de violencia en todos los ámbitos de la vida social, y más aún en menores. La Fiscalía General de España ya alerta de que es muy “arriesgado” valorar el número de diligencias preliminares incoadas para conocer y evaluar la evolución anual de la criminalidad debido a su cómputo (por ejemplo, un mismo hecho delictivo se pueden incoar varias diligencias preliminares al llegar la notitia criminis a Fiscalía por diferentes conductos: atestado original remitido a Fiscalía y copia cursada al Juzgado de Instrucción que posteriormente se inhibe; o si concurren varios menores como coautores; incluso, la mayoría de las aplicaciones tecnológicas permiten registrar una sola infracción por diligencias, aunque se hayan cometido varias). Durante los años 2009 y 2010 se incoaron un total de 110.212 y 105.879 diligencias preliminares, respectivamente; en el año 2011, la cifra es de 102.865. Y en cuanto a número de expedientes se ha pasado de los 34.019 y 32.259 de 2009 y 2010 a los 29.614 de 2011. (2) Si sacamos un cómputo estadístico, podemos decir que cada día de 2011 hubo 81 expedientes de menores en España. Una cifra más que escalofriante

¿Dónde radica el problema de la delincuencia juvenil? ¿En las familias? ¿En las aulas? ¿En la sociedad en sí? En el estudio ‘Violencia en menores: aspectos legales y psicosociales' (3) se concluye con la idea de que “hay que empezar por enseñar en valores de paz y convivencia en la escuela, inculcar desde todos los agentes de socialización valores y principios éticos de convivencia, respeto y solidaridad; (…) más que una cuestión de dinero y de medios, de lo que se trata es de reparar la fractura moral en la que viven adolescentes y jóvenes, ayudarles a reconstruir un universo de referencias éticas, ofrecerles un papel social digno, facilitarles la comunicación con el mundo de los adultos”.
Para Antonio Amor Peñalver, profesor de Educación Primaria y siete años de formación en el Proyecto Roma (4) aplicándolo desde 2008 en las aulas, “se debería enseñar el proceso lógico de pensamiento (Luria), es decir, a planificar el propio pensamiento (metacognición), y no sólo a pensar (cognición). También a socializar el aprendizaje para formar personas íntegras, autónomas y felices”. Y ¿cómo se hace? A través de los proyectos de investigación, se parte de “la curiosidad del alumnado para llegar al conocimiento compartiéndolo, socializándolo y viviendo los valores”, puntualiza Amor. Y ¿por qué no se aplica en todos los centros educativos si los resultados son positivos? Amor señala varios motivos “desconocimiento de otro modelo educativo, cada uno hace lo que le han enseñado, acarrea una formación muy extensa, la puesta en práctica rompe con el modelo tradicional, miedo al cambio, acomodación, entre otros”. 

¿Están desapareciendo los valores humanos? Para el profesor Amor “los valores es algo que lleva inherente el ser humano. Los valores ni faltan ni desaparecen, simplemente cambian de jerarquía. En nuestra sociedad antes predominaban el respeto, la tolerancia o el esfuerzo; ahora están el materialismo, el egoísmo o el rechazo (de forma general)”.
Qué es más eficaz ¿una pena privativa de libertad o un castigo ejemplarizante? Está claro que el método ‘Calatayud’ es más que positivo: un adolescente que ha delinquido (siempre hablando de delitos no graves, y claro está no de sangre) y se le obliga a que aprenda a leer ¿será más positivo para lograr una mayor socialización y reeducación que si lo ingresan en un centro de internamiento durante varios meses?

En el post II de ¿EDUCAR EN VALORES PARA DISMINUIR LA DELINCUENCIA JUVENIL? (23.00 horas en España y 15.00 horas México) analizaremos el papel del criminólogo en el ámbito delincuencial del menor.


(1) Link del post: http://www.granadablogs.com/juezcalatayud/2013/07/un-chaval-que-nunca-se-separa-de-una-carpeta/
(2) Datos de la Memoria de la Fiscalía General del estado, presentada a finales de 2012 y correspondiente a los datos de 2011.
(3) Análisis elaborado por magistrados de Menores y catedráticos de psicología
(4) El Proyecto Roma está basado en la educación inclusiva, no sólo a nivel escolar, sino también en una dimensión social. Sus pilares fundamentales se basan, además de la educación inclusiva, en el trabajo cooperativo, le educación en valores y el desarrollo de la persona.

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