Estaba una señora
limpiando los cristales de un establecimiento cuando un niño se acercó y
escupió. La señora le dijo al pequeño “que eso no se hacía”, el pequeño la miró
y su madre le espetó a la señora “usted no le regañe a mi hijo”. El niño (ni
tampoco el adulto) pidieron disculpas.
Mucho se habla de educación
en tiempos de crisis. Hace unos días leía el post del juez Calatayud ‘Un chaval que nunca se separa de su carpeta' (1)
Les explico, el juez Emilio Calatayud es conocido en España por sus sentencias
‘ejemplares’, basadas en la educación más que en el mero castigo; algunos
ejemplos de sus sentencias son: condena a impartir 1.000 horas de clases de
informática a estudiantes por crackear archivos a varias empresas; 100 horas de
servicios a la comunidad patrullando junto a la policía local por conducir temerariamente
y sin licencia: 50 horas dibujando un cómic contando la causa por la que le
habían condenando; visitas a la planta de traumatología de un centro
hospitalario por conducir un ciclomotor sin seguro de circulación o visitar
durante una jornada completa a parapléjicos, hablar con ellos y sus familias
para elaborar una redacción.
El post en cuestión
hace una breve reflexión sobre jóvenes en centros de internamiento de menores
(la mayoría con trastornos mentales debido al consumo de estupefacientes desde
edades muy tempranas) y lo que puede suceder con los adolescentes cuando
terminen de cumplir su pena y tengan que enfrentarse a la vida real, fuera de
esas paredes donde están ‘protegidos’ tanto por especialistas como por el
control de la medicación que toman a diario. ¿Qué ocurrirá cuando salgan a la
calle y ya no tengan ese control y protección?
Pero ha sido el
comentario de un usuario el que me ha llevado a escribir este post. Dicho
comentario dice: “(..) para un niño puede
haber cosas más interesantes que aprender el teorema de Pitágoras, como pueden
ser, según la edad, freír un huevo sin quemarse, alimentarse correctamente o
conocer los peligros y consecuencias de las drogas. El teorema va a estar
siempre en los libros de matemáticas y se puede repasar cuando se olvida, igual
que se olvida dónde queda Sebastopol en el mapamundi, pero para eso están los
libros, para buscar lo que no se sabe o no se recuerda. Pero aprender de
memoria todos los códigos de Derecho, hoy es absurdo pues la memoria la tiene
el ordenador y, si se queda pequeña, se le meten discos. Lo que hay que
aprender es primero, lo que no está en los libros, y segundo, cómo usar los
libros. Estos son, (deberían serlo), herramientas para usar cuando se precisan.
Me refiero a libros de texto, no a novelas o tebeos”.
Actualmente existe
una preocupación en la sociedad ante cualquier expresión de violencia en todos
los ámbitos de la vida social, y más aún en menores. La Fiscalía General de
España ya alerta de que es muy “arriesgado” valorar el número de diligencias
preliminares incoadas para conocer y evaluar la evolución anual de la
criminalidad debido a su cómputo (por ejemplo, un mismo hecho delictivo se pueden
incoar varias diligencias preliminares al llegar la notitia criminis a Fiscalía por diferentes conductos: atestado
original remitido a Fiscalía y copia cursada al Juzgado de Instrucción que posteriormente
se inhibe; o si concurren varios menores como coautores; incluso, la mayoría de
las aplicaciones tecnológicas permiten registrar una sola infracción por
diligencias, aunque se hayan cometido varias). Durante los años 2009
y 2010 se incoaron un total de 110.212 y 105.879 diligencias
preliminares, respectivamente; en el año 2011, la cifra es de 102.865. Y en
cuanto a número de expedientes se ha pasado de los 34.019 y 32.259
de 2009 y 2010 a los 29.614 de 2011. (2)
Si sacamos un cómputo estadístico, podemos decir que cada día de 2011 hubo 81
expedientes de menores en España. Una cifra más que escalofriante
¿Dónde radica el
problema de la delincuencia juvenil? ¿En las familias? ¿En las aulas? ¿En la
sociedad en sí? En el
estudio ‘Violencia en menores: aspectos legales y psicosociales' (3) se
concluye con la idea de que “hay que
empezar por enseñar en valores de paz y convivencia en la escuela, inculcar
desde todos los agentes de socialización valores y principios éticos de
convivencia, respeto y solidaridad; (…) más que una cuestión de dinero y de
medios, de lo que se trata es de reparar la fractura moral en la que viven
adolescentes y jóvenes, ayudarles a reconstruir un universo de referencias
éticas, ofrecerles un papel social digno, facilitarles la comunicación con el
mundo de los adultos”.
Para Antonio Amor
Peñalver, profesor de Educación Primaria y siete años de formación en el
Proyecto Roma (4)
aplicándolo desde 2008 en las aulas, “se
debería enseñar el proceso lógico de pensamiento (Luria), es decir, a
planificar el propio pensamiento (metacognición), y no sólo a pensar
(cognición). También a socializar el aprendizaje para formar personas íntegras,
autónomas y felices”. Y ¿cómo se hace? A través de los proyectos de
investigación, se parte de “la curiosidad
del alumnado para llegar al conocimiento compartiéndolo, socializándolo y
viviendo los valores”, puntualiza Amor. Y ¿por qué no se aplica en todos
los centros educativos si los resultados son positivos? Amor señala varios
motivos “desconocimiento de otro modelo educativo, cada uno hace lo que le han
enseñado, acarrea una formación muy extensa, la puesta en práctica rompe con el
modelo tradicional, miedo al cambio, acomodación, entre otros”.
¿Están
desapareciendo los valores humanos? Para el profesor Amor “los
valores es algo que lleva inherente el ser humano. Los valores ni faltan ni
desaparecen, simplemente cambian de jerarquía. En nuestra sociedad antes
predominaban el respeto, la tolerancia o el esfuerzo; ahora están el
materialismo, el egoísmo o el rechazo (de forma general)”.
Qué es más eficaz ¿una pena privativa de libertad o un castigo ejemplarizante?
Está claro que el método ‘Calatayud’ es más que positivo: un adolescente que ha
delinquido (siempre hablando de delitos no graves, y claro está no de sangre) y
se le obliga a que aprenda a leer ¿será más positivo para lograr una mayor
socialización y reeducación que si lo ingresan en un centro de internamiento
durante varios meses?
En el post II de ¿EDUCAR EN VALORES PARA DISMINUIR LA DELINCUENCIA JUVENIL? (23.00 horas en España y 15.00 horas México) analizaremos el papel del
criminólogo en el ámbito delincuencial del menor.
(1) Link
del post: http://www.granadablogs.com/juezcalatayud/2013/07/un-chaval-que-nunca-se-separa-de-una-carpeta/
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