¿Hablan nuestros
gestos? ¿Qué dicen? ¿Podemos saber si una persona miente analizando solo su
lenguaje no verbal? En el proceso de la comunicación, lo hablado es
aproximadamente un 35% del total, mientras que lo que no decimos con palabras
pero sí con nuestra actitud (los gestos o la mirada) es el 65%. A través del
análisis de las microexpresiones podemos saber qué expresamos o qué sentimos.
Algunos ejemplos:
Desviar la mirada: estamos recordando; mantener la mirada: no necesita recordar; cejas oblicuas: tristeza; levantar
la barbilla: muestra vergüenza; pupilas
dilatadas: miedo o ira, también relacionado con la excitación sexual; arrugas en los ojos al reír: sonrisa
real; dar un paso hacia atrás:
mentira (ni uno mismo se cree lo que está diciendo); arrugar la boca con los labios juntos: mentira (no se confía en lo
que se está diciendo); tocarse el cuello:
mentira; arrugar la nariz:
sentimiento de repugnancia; hablar con
tono bajo: tristeza y/o ansiedad; levantar
cejas: sorpresa real…. Y un largo etcétera.
Un solo indicador
no muestra si una persona miente o no, sino que hay que analizar la conversación/movimientos en general y es la unión de varios indicadores los que
concluyen si lo que se dice es verdad o mentira.
Una microexpresión es una momentánea e
involuntaria expresión facial mostrada en el rostro de las personas de acuerdo
con las emociones percibidas. Suelen ocurrir en situaciones con un alto riesgo,
donde la persona tiene mucho que ganar o perder y son de muy corta duración:
con un intervalo entre 1/25 a 1/15 de segundo. Expresan siete emociones universales:
asco, enojo, miedo, tristeza, felicidad, sorpresa y desprecio. Fueron descubiertas
por Haggard y Isaacs en su estudio
(de 1966) mientras escaneaban
películas y cintas de sesiones psicoterapéuticas, buscando indicaciones de
comunicación no verbal entre paciente y terapeuta.
Varios estudios
señalan que en la latencia de respuesta (es decir, el tiempo que ocurre entre
la pregunta y la respuesta) no se tarda más tiempo en responder porque se esté
mintiendo, solo pasa si la mentira es espontánea (no premeditada). Y es que,
como decía un profesor mío, una buena mentira es muy complicada de construir ya
que la mente tiene que ir tan deprisa que los movimientos del cuerpo no pueden
seguir a la mente. El problema de cuando una persona miente es que tiene que
inventar muchas mentiras y recordarlas luego.
Y sí, nuestro
cuerpo habla. Y no solo es utilizado por profesionales de la psicología o
Fuerzas de Seguridad a la hora de analizar a ciertos delincuentes, sino que las
grandes empresas (sus departamentos de Recursos Humanos) utilizan el lenguaje
no verbal a la hora de seleccionar a su personal. Un consejo, cuando vayan a
realizar una entrevista de trabajo nunca se sienten en la orilla del asiento,
ni crucen los brazos.
Nuestro rostro no
es hermético o no debe serlo. Hace unos años se criticó mucho a una
presentadora de informativos (en España) porque su rostro tenía la misma
expresión siempre, daba igual si hablaba de una fiesta o de un accidente con
víctimas mortales. Nuestras movimientos entienden de emociones y esas emociones
se ven reflejadas en nuestro rostro. Nuestra mirada no es igual si estamos
hablando de felicidad que si hablamos de tristezas.
En el post (2) de ¿Hablan
nuestros gestos?, trataremos (como siempre, de forma breve y con
estudios y opiniones de expertos) el ‘caso Bretón’ y su comportamiento no
verbal.
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